le parody. cantante y compositora

"No hacemos caso a esas cosas tan bonitas que nos configuran"

  • 'Hondo', segundo álbum de la granadina, es un sorprendente tratado de folk y electrónica, a modo de aproximación desprejuiciada a lo andaluz

Aunque ya disponía de algún trabajo previo en pequeño formato, Cásala (Sound Track) (2012) fue el primer aviso sobre las posibilidades de Sole Parody, Le Parody en versión artística, como voz distinta y distintiva dentro del abigarrado y caleidoscópico panorama del pop nacional. Tras girar por medio mundo, Hondo certificaba que las previsiones no erraban.

-Granadina en Madrid...

-En realidad nací en Málaga, aunque nunca viví allí, sino en Granada. A los 18 me vine a Madrid y aquí llevo casi 12 años. He estado yendo y viniendo, pero al final siempre vuelvo. Aquí tengo mi base de operaciones y a mi gente, pero mentalmente, o incluso creativamente, siento que estoy en Andalucía. Las cosas que me dan vueltas en la cabeza, las relacionadas con la música, con los folclores, tienen que ver con mis raíces.

-Pasaron tres años entre Cásala y Hondo. ¿Se lo tomó con calma?

-El tema de los tiempos supone una lucha. Todo ocurre muy rápido, de forma un poco artificial. La gente que está más en la industria prácticamente va a disco por año. Cuando saqué Cásala tenía otros trabajos y veía imposible tener otro disco al año siguiente. Creo que por eso me planteé parar e irme, dedicarle al disco todo el tiempo necesario, que no fuera una colección de canciones hechas en ratos libres. Y no fue fácil. Siempre hay agobios: buscar un mánager, buscar conciertos... Decidí que mi única parte en todo esto era hacer canciones.

-¿Cómo planteó la gestación de Hondo? ¿Partía de alguna idea que diera cohesión al conjunto?

-Siempre tomo como punto de partida las herramientas que voy a usar. Lo hice en Cásala y me pareció un buen método. Quería hacer canciones con instrumentos pequeños, que me cupieran en una maleta. Ea, pues lo que me salga con un ukelele y un sampler. En Hondo me puse como premisa hacer canciones con samples de otras canciones, y que éstas fueran de pop o folclores de la India, de Marruecos... Del sur y del este.

-El armazón de Hondo está construido con esos samples… ¿Acredita su origen? ¿Liquida derechos?

-No, no he contactado con nadie, de momento... Son trozos muy pequeños de partes muy raras de canciones irreconocibles. No estoy dañando el trabajo de ningún otro artista. Creo que no tiene sentido prohibir el sampleo. Me parece que sus limitaciones legales responden a otros intereses, que no son realmente los de los creadores.

-¿Y por qué los folclores del sur?

-Cuando en el verano de 2013 hubo aquel ataque tan brutal sobre Gaza leía todas las informaciones. Me di cuenta de que las noticias que nos llegan de Oriente lo hacen filtradas por Occidente. Tanto en cosas concretas como ésta o en cuestiones más generales, incluida nuestra percepción de la cultura islámica, tenemos siempre ese filtro occidental, de Estados Unidos, de la Europa poderosa. A eso se une, cada vez que vuelvo a Andalucía, la sensación de que lo oriental sigue estando presente. Hay una estética, incluso una forma de vivir, muy diferente no ya de Europa, sino también del norte de España. Empezó a molestarme no tener esa clave, sentir que estamos un poco de prestado, imitando a Occidente, mientras vivimos en un sitio con tanta herencia de otras partes. Y tan silenciada.

-Lo extraño es no haber tirado mas de ese acervo. El ámbito rock estadounidense, por ejemplo, lo ha hecho de manera permanente...

-Parece que musicalmente no es cool. Aunque ahora resurge el flamenco en el pop, gracias a gente como Niño de Elche, hasta hace dos días parecía una cosa rancia. Hay mucha imitación de lo anglosajón, muchas carencias y complejos de inferioridad. No hacemos caso a esas cosas tan bonitas que nos configuran. No estoy empeñada en demostrar nada ni en poner nada de moda. Me gustan mucho esos folclores, me gusta mucho el flamenco y escucho mucha música que no es ni de Estados Unidos ni de Inglaterra. ¿Por qué no incorporarla a lo que hago?

-Bueno, la relación entre rock y flamenco es ya larga: por citar a unos pocos, Smash, Veneno, Camarón, Triana, Pata Negra, Los Planetas, Los Evangelistas, el propio Niño de Elche…

-Creo que el disco que he escuchado más veces en mi vida es La leyenda del tiempo... En Sevilla tenéis suerte, porque todo ha pasado por allí. Para mí es una ciudad idealizada desde la época de Smash, la cuna de algo increíble. Pero luego todo eso no es tan fácil de exportar. Aquí llega con más filtros. Verás, un tipo que me movía un poco la música me contó que le había pasado Cásala a dos periodistas y que, ya de entrada, le habían dicho que ellos no escuchaban ni reseñaban nada que fuera del rollito Bebe. Sin escucharlo, el tema chica andaluza que canta con el mismo acento que habla era ya rollito Bebe. Entendí que ése era el prejuicio, porque al margen de que a mí me guste o me deje de gustar Bebe, está claro que nuestros estilos son muy distintos. Es así. Todavía hay por ahí prejuicios que operan en el mundillo del pop. Intuyo que hay una separación muy grande entre lo que se puede hacer con los folclores y lo que no. Si lo haces de una forma, encaja porque se supone que está bien, y si lo haces de otra, ya no mola.

-Resulta llamativa la coincidencia temporal a éste y al otro lado del océano de mujeres haciendo música con un pie en el folclore y otro, en mayor o menor medida, en la electrónica. Desde veteranas como la argentina Juana Molina a voces nuevas, como la chilena Camila Moreno...

-No sé, quizás tenga que ver con que somos una nueva generación de mujeres con acceso a medios tecnológicos a los que antes no llegábamos. Debes tener algunos conocimientos técnicos cuando te metes en la electrónica. Yo misma empecé un poco tarde. Las máquinas siempre han estado ahí, pero me costó darme cuenta. No tenía referentes. Hoy ya vemos la guitarra eléctrica como un instrumento clásico, cuando en su día era algo novedoso. Supongo que pasará igual con los instrumentos electrónicos, que son los instrumentos de hoy. Si reúnes todo eso igual resulta que sí, que hay varias mujeres trabajando así. Igual dentro de unos años es normal. Y lo de revisar los folclores, no sé si tendrá algo que ver con la época, con las crisis, con mirar para atrás... No lo sé, pero eso sí que es verdad que se está dando. Y me hace muy feliz, porque me encanta. No sé cuál será la causa, pero la consecuencia es muy disfrutable.

-¿Los límites del artista autogestionado están en el cansancio, en la dureza de llevarlo todo adelante solo?

-Para mí, sí. Pero también en la visibilidad que quieras conseguir. Aunque sobre todo es el cansancio. Los grupos autogestionados que conozco se agotan por no poder seguir tirando de todo a la vez.

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