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Miguel Aparicio, el perfil de un naipe, recibe el Premio GranHada

  • El ilusionista granadino, autor de la 'macrocartomagia', es uno de los grandes nombres del panorama mágico español

"Cuando Miguel Aparicio / hace magia con sus manos/ arma tan gran estropicio/ que a todos los parroquianos/ saca de casa y de quicio/. Mientras baraja a destajo/ o simula que baraja/ se guarda con desparpajo/ cuatro sotas en la faja/ y un jamelgo en el refajo". Es el poema que Juan León dedicó al ilusionista granadino Miguel Aparicio, Premio GranHada al Mérito Mágico que otorga por segunda vez el Hocus Pocus. Oficialmente, el galardón se le entregó ayer en la gala Palabras Mágicas a su mujer, pero el mago, que en la actualidad está convaleciente por una enfermedad, ya pudo tocar la varita que MagoMigue, director del certamen, se encargó de llevarle a su casa. "Siento una emoción que no se puede describir con palabras", afirma un hombre que califica su arte como poemagia, porque a cada lance acude una cita y en el punto y final, una poesía.

Miguel Aparicio, que se dedicó durante más de 20 años al mundo de la publicidad en Barcelona, tuvo claro qué quería ser de mayor desde los ocho años, cuando compró un libro de la editorial Alas que costaba una peseta. Después se hizo con el Manual del prestidigitador, que seguía la línea de Robert-Houdin, "el padre de la magia moderna" y el primero en transformar este arte en un espectáculo capaz de atraer la atención de miles de personas. "Mi familia nunca puso trabas a mi afición, sólo cuando sacaba malas notas cogían mis barajas y las escondían, pero siempre me apoyaron muchísimo", recuerda.

Siempre atento a todo lo que surge, reconoce con cierto pudor que ha aportado "alguna técnica que otra", como trabajar con cartas gigantes sin trucar, "además de pequeños detalles y atender siempre a los que se han acercado a pedir un consejo, aunque ahora esté retirado", señala el ilusionista, que reconoce que la magia le ha acompañado en momentos muy difíciles. "Ha sido para mí como una medicina en muchos instantes", continúa un hombre que defiende que la palabra más bonita del diccionario e entusiasmo. "Dicen que una persona enamorada de algo aumenta su esperanza de vida, aunque quizás no es el momento en mi caso de decir esto porque estoy convaleciente de una enfermedad", señala con unas gotas de humor inglés.

Con más de medio siglo en el mundo de la magia, ha conseguido un gran grupo de amigos magos, de todas las edades, con los que comparte trucos y confidencias. "El mago tiene ahora un prestigio que quizás antes no tenía, pero antes había grandísimos profesionales, grandes maestros que han sido profesores nuestros a través de sus libros y sus aportaciones", afirma el veterano artista que ha dedicado buena parte de su vida a practicar en casa, a enseñar a magos jóvenes y a difundir por las aulas su conocimiento.

Y como escribió Fernando de Villena en El perfil del naipe, un libro en homenaje al ganador del Premio GranHada 2015: "Crees ver la verdad y en un segundo/ todo se desvanece o se transforma/ ni moneda ni naipes siguen norma/ ni puedes afirmar nada en rotundo/… a Miguel Aparicio me refiero".

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