Antonio Luis Callejón. Escritor

"La mujer de El Gran Capitán se identificaba con Penélope"

  • El autor ofrece una nueva perspectiva de Gonzalo Fernández de Córdoba en una novela histórica narrada a través de su última esposa.

Mañana se cumple el V centenario de la muerte de Gonzalo Fernández de Córdoba y en estos meses se ha estudiado su figura desde todos los puntos posibles, como estratega, diplomático, hombre de letras... La única perspectiva posible que faltaba la aborda Antonio Luis Callejón en El último amor del Gran Capitán (Dauro Editorial), un libro que se aproxima a su figura a través de los ojos de su mujer, María Manrique. Y curiosidades del callejero, la céntrica calle Duquesa recibe este nombre para recordar a la esposa del irrepetible militar que falleció en Loja el 2 de diciembre de 1515. El autor presenta la novela histórica esta tarde a las 19:30 horas en el Ayuntamiento.

-Habla del último amor de El Gran Capitán. Antes de entrar en la historia de su legítima esposa, ¿da usted verosimilitud a los amoríos entre don Gonzalo y la Reina Isabel?

-En absoluto. Esa historia no tiene ningún fundamento histórico. Es una invención de la época romántica y difundida sobre todo en el siglo XIX por folletines franceses, en los que se valoraba el amor galante de un caballero hacia su reina, similar al de Lanzarote y la reina Ginebra. No hay datos de la época que lo corroboren, y dado el carácter de ambos personajes, ninguno de los dos se lo hubiera permitido.

-Hoy en día, gestos como mandar a la reina la recámara de su esposa tras un incendio en la tienda de esta durante la Guerra de Granada le hubiera valido un divorcio...

-Al contrario. Fue decisión personal de doña María Manrique el enviar todo lo necesario a la reina tras el incendio del campamento cristiano. Ella había sido dama de honor de Isabel y cuando la reina escribió a Gonzalo agradeció a su esposa el envío de enseres, ya que sabía que había sido una decisión femenina,

-Las mujeres de la Corte, aunque silenciadas en muchas ocasiones en los libros de Historia, jugaron a veces un gran papel en la diplomacia de la época y en la política. ¿Qué papel interpretó María Manrique? ¿Se limitó a ser una esposa amante?

-Existe poca documentación al respecto, pero según el carácter de doña María debió ser una dama de importancia en la corte de Isabel. Pero donde verdaderamente ella adquirió una importancia sin precedentes fue en Nápoles, ya que como esposa de Gonzalo tenía el título de virreina y ostentó gran poder cuando el Gran Capitán tuvo que regresar a España.

-¿Cómo fue la historia entre El Gran Capitán y María Manrique? ¿Qué hacía ella mientras su marido libraba las guerras de Italia?

-Ese es uno de los puntos que más desarrollo en la novela, ya que sufrieron varios años de separación debido a las dos campañas de Italia contra los franceses. Doña María se ocupó de la crianza de sus hijas y de controlar las fincas y la economía familiar durante las ausencias de su esposo. Cuando decidió elegir mujeres clásicas que decoraran su tumba en San Jerónimo, una de ellas fue Penélope, ya que debió de sentirse muy identificada con la esposa de Ulises, que al igual que ella esperaba a su esposo que regresara de la guerra.

-¿María Manrique se ajustaba al estándar de la mujer en el siglo XVI o era un espíritu libre?

-Debemos diferenciar siempre entre las clases altas y el pueblo llano. Ella era una noble privilegiada y además formaba parte del círculo de la reina, por lo que disfrutó de una formación y economía negadas a la mayoría de mujeres de la época. Pero la verdadera autonomía le vino durante su viudedad y el hecho de no tener hijos varones, por lo que se convirtió en la cabeza de su familia, algo que le valió las críticas de ciertos sectores granadinos que no veían bien que una mujer acaparar tanto poder de decisión.

-¿Cómo muestra a El Gran Capitán en la intimidad? ¿En qué se ha basado para 'humanizar a este personaje histórico?

-El Gran Capitán aparece siempre desde la perspectiva de su esposa, que escribe ya cuando él ha fallecido, por lo que siempre va a recordarlo en forma positiva. Los rasgos personales que no desarrollan las crónicas oficiales he tratado de reconstruirlos poniéndome en la piel de su esposa e intentar recrear cómo se enamoró de él, formó una familia y lo acompañó durante 30 años.

-¿Qué papel jugó en las obras del Monasterio de San Jerónimo?

-Doña María fue la verdadera artífice del Monasterio. Tras la muerte de su esposo, ella se preocupó de que el héroe tuviera una tumba digna de sus hazañas y consiguió el permiso del mismísimo emperador Carlos V, quien admiraba la figura del Gran Capitán. Durante sus últimos años de vida la duquesa incluso se trasladó cerca del Monasterio, a la calle que lleva su nombre, para controlar las obras.

-¿Cómo salen parados en su obra personajes históricos como Boabdil, Carlos V, los Reyes Católicos o Cisneros?

-He intentado humanizarlos a todos, pero siempre a través de los ojos de la duquesa. Boabdil, la reina Isabel y Carlos V aparecen como personajes positivos, aunque se descubren algunos detalles que quizá sorprendan al lector, como el hecho de que Boabdil era rubio o Carlos V muy glotón. El rey Fernando y Cisneros aparecen como personajes negativos, ya que ambos realizaron hechos que debieron ser rechazados por la duquesa y que afectaron negativamente en su vida. De hecho, la mala relación con el rey es uno de los puntos que la novela va desgranando poco a poco.

-¿María Manrique fue el mejor consejero de El Gran Capitán? ¿Qué le aportó?

-Personalmente creo que con ella se confirma el dicho de que "detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer". Además de criar y educar a sus hijas, controlar la economía familiar en los largos periodos de ausencia, supo crear en el militar un gusto exquisito tanto en su vivienda como en su modo de comportarse. Al final de su vida fue ella quien, gracias a obras literarias y la construcción del monasterio de San Jerónimo, devolvió a su esposo el gran nombre que había perdido tras su regreso de Nápoles.

-Ambos se enterraron juntos en San Jerónimo. ¿Es cierta la leyenda de que los francés profanaron esta tumba y tiraron los restos al río Darro?

-Los franceses profanaron la tumba y expoliaron todos los trofeos de guerra y las banderas que el Gran Capitán había ganado en sus batallas. También desmantelaron la reja renacentista que separaba la nave de la capilla mayor y la fundieron. Parece ser que esparcieron los restos del Gran Capitán y toda su familia y que parte se pudieron recuperar y se devolvieron a la tumba que hoy ocupan.

-Por último, el título es 'El último amor de El Gran Capitán'. ¿Cuáles fueron sus otros grandes amores?

-El Gran Capitán tuvo una primera esposa, Isabel de Sotomayor, que le dio una hija, aunque ambas morirían poco tiempo después. En la novela se intuye que durante sus largas ausencia debió disfrutar de compañía femenina, algo que se consentía más en aquella época que ahora (incluso la reina Isabel sabía que Fernando tenía amantes), pero al narrarlo su esposa en primera persona no da una importancia excesiva a dichas habladurías.

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