arte

Picasso y los alemanes

  • La exposición plantea la posible relación del malagueño con los artistas alemanes de capital importancia en el arte de inicios del siglo XX

De nuevo, la figura del gran Pablo Ruiz Picasso sirve de aglutinante para poder adentrarnos en el apasionante universo de la creación artística sea cual fuere su situación histórica, geográfica, social o, simplemente, cronológica. El poder del autor es tan grande que su relación con cualquier circunstancia es susceptible de plantear un feliz desarrollo ensayístico o, como es el caso, una exposición que establezca relaciones y referencias. El Museo que dirige Pepe Lebrero lo viene haciendo, sobre todo desde que él lo dirige con tanta determinación y acierto.

Ahora la vista se dirige a la Alemania y sus países satélites, esos que tan fundamental fueron para el Arte de la primera mitad del siglo pasado, allí donde se gestaron muchos planteamientos artísticos de capital importancia para el discurrir de los acontecimientos futuros de un Arte que, a partir de ellos, ya todo sería distinto.

De todos es conocida la relación de Picasso con Francia e, incluso, con su país natal. Los estudiosos han tenido verdaderos filones para situar sus investigaciones. Todavía, a pesar de que ya casi todo está ya dicho y escrito sobre la figura y la obra del autor nacido en la malagueña Plaza de la Merced, se realizan introspecciones sobre circunstancias que plantean una mínima luz a lo que ya está sobradamente estudiado. Esta exposición plantea, en cierta medida, algo novedoso: la posible relación de Picasso con los artistas alemanes de capital importancia en el desarrollo del arte que tuvo lugar en la primera mitad de la anterior centuria.; una relación que no tuvo por qué ser siempre favorecedora, sino que, en algunas circunstancias, las divergencias también tomaron cartas de naturaleza.

Hay que partir, no obstante, de una base clara, que no podemos pasar por alto. Picasso era tan genial que hacía lo que le daba la gana, como le daba la gana y cuando le daba la gana. No creo, por no faltar a la verdad, que el malagueño tuviese una especial vinculación por algo o por alguien, que su obra se hiciera con algo de relación hacia posibles situaciones o que estuviese pensando mientras creaba en tales relaciones. El artista creaba y creaba y lo demás son meros elementos elucubrantes para posteriores investigadores y sus tesis doctorales. Esta exposición es un gran trabajo expositivo que reúne estamentos artísticos diferentes, parecidos o contrarios, donde la obra de Picasso dialoga, se enfrenta, goza, sintoniza o se aparta diametralmente de los grandes autores alemanes seleccionados por un sabio comisario que sabe lo que tiene entre manos.

Partiendo de las poderosas pinturas de los Cranach, el viejo y el joven Lucas, a los que Pepe Lebrero, el comisario de la muestra, ha puesto en el punto de partida de esta mirada hacia Alemania y de los que Picasso realizó unas sugestivas interpretaciones, la muestra comienza su discurrir con los escenarios de París hasta las ciudades alemanas, primero Dresde, donde, en 1905, Kandinsky funda el Grupo Die Brücke (El Puente ), aventando, con él, una realidad artística que, desde esos momentos, ya sería muy difícil poner freno, hasta llegar a los años cincuenta con la puesta en marcha de la Dokumenta de Kassel, el gran acontecimiento de la contemporaneidad y marcador referencial de lo que acontece en esas procelosas aguas de la plástica más inmediata; una Dokumenta I que iba, por primera vez a romper, con los constrictivos postulados del nazismo y su llamado "arte generado". Y todo bajo la mirada atenta de un Picasso abierto, mientras tanto, a las situaciones más expectantes y generador de las más importantes circunstancias.

Picasso, registros alemanes es una muestra que sirve para situarnos acertadamente en la intrahistoria artística de Europa, esa que tan fundamental fue para los desarrollos creativos posteriores. Los autores escogidos son artistas selectos que marcaron un hito en el discurrir del arte, la pintura sobre todo, de la primera mitad del siglo; artistas fundamentales con un lenguaje propio, que rompieron muchos esquemas, crearon cuerpos estéticos fundamentales para los modernos planteamientos artísticos del nuevo arte y abrieron caminos y lenguajes nuevos. Lo que Picasso llevaba haciendo, paralelamente a ellos, encerrado en sus estudios franceses..

La exposición, sobria, rigurosa, variada, de profundo carácter didáctico y acertado planteamiento museográfico -aquí la intervención del Grupo 956, la entusiasta empresa portuense que capitanea Quique Atalaya, en el montaje es fundamental-, nos lleva a situarnos ante algo más de setenta y cinco piezas del artista malagueño que mirar con a una espléndida selección de obras de los principales artistas alemanes del siglo pasado, aquellos que pusieron en valor muchos de los mejores planteamientos estéticos que se generaron en torno a las vanguardias y sus postreros desenlaces.

Artistas de la significación de Max Ernst, Otto Dix, Emil Nolde, Max Beckmann, Heinrich Campendonk, George Grosz, Erich Heckel, Hannah Höch, Wassily Kandinsky, Ernst Ludwig Kirchner, August Macke, Paula Modersohn-Becker, Otto Mueller, Emil Nolde, Max Pechstein, Franz Radziwill o Karl Schmidt-Rottluff, entre otros; artistas superiores que escribieron páginas de mucha y capital importancia en la Historia de nuestro Arte.

picasso, registros alemanes

Museo Picasso, Granada

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios