Chico López dejó la Facultad de Bellas Artes hace casi 25 años. Desde entonces ha ejercido de francotirador de la realidad contemporánea, como un llanero solitario que cuestiona a cada paso los clichés sobre los que se ha construido la cultura. En esta investigación, con un pie en el arte y el otro en la sociología, fijó su mirada en distintos espacios de las ciudades creados con un interés artístico. A continuación preguntó a los que pasaban qué les parecía la obra, y las contestaciones más comunes oscilaban entre el "qué guay" o el "cómo mola". Y con un punto de ironía, Chico López tituló este proyecto Aproximaciones a la Teoría del Arte en España, uno de los montajes que incluye en la muestra Art in progress, que se puede ver en el Palacio de la Madraza hasta el próximo 29 de abril. La muestra es una reflexión sobre la mentira en el mundo del arte, cómo se maneja, cómo sucede en el proceso creativo... "Yo planteo que la mentira comienza en cuanto dejas la obra, porque cualquier proyección del espectador no tiene nada que ver con la obra, el arte sucede en el momento en el que se crea, todo lo que viene después forma parte de la especulación por parte de todos, de los comisarios, críticos, galerías, artistas, público...", señala Chico López, que admite incluso que esta entrevista sobre su exposición forma parte de este proceso especulativo.

La exposición está planteada desde esa desinformación. Esta voluntad se observa en una pared en la que Chico López juega a confundir al espectador con apropiaciones que están intencionadamente equivocadas. Hay un cartel de Eduardo Arroyo, con su nombre dentro de la obra, y sin embargo es una obra de Picabia. También aparece una lata pero no es la famosa de Andy Warhol, es una creación de Piero Manzoni. De alguna manera, la visión de Chico López enlaza con la que ofreció hace un año en el mismo espacio Joan Fontcuberta, con una muestra en la que jugaba a descubrir la ambigüedad y la ficción que pueden enmascarar las fotografías y a cuestionarse la veracidad de las obras expuestas.

En otro vídeo el artista plantea una reflexión en la que tira por la ventana el egocentrismo de la sociedad para plantear otra manera de definirse a sí mismo: "Somos lo que no conocemos. Muchas veces nos autodeterminamos para aislarnos o separarnos, como un escudo, pero esta definición es incompleta", señala un artista que pertenece a una generación de artistas que salieron a comienzos de los noventa de la Facultad de Bellas Artes para crear un nuevo estatuto artístico, cuestionando todo y no aceptando ningún apriorismo.

¿Hay conciencia de grupo más allá de la amistad que une a muchos de esta generación? "No, -responde- hay una gran disparidad de ideas y de conceptos, podemos coincidir en algunas cosas, pero todos somos muy independientes, así que no somos un grupo, aunque es cierto que nuestro punto de partida es el mismo", señala el creador que, con todo, ha incluido en una instalación los nombres de algunos de estos artistas, junto a los de otros que están en el más absoluto de los olvidos. "Es una superposición de generaciones de artistas, porque hay muchas que quedan en el olvido y esto forma parte del discurrir del arte", continúa un creador que, desde 2013, ha utilizado su álter ego Usted para desarrollar aspectos sonoros y videográficos dentro de su obra artística; a principios de año grabó su primer disco, titulado Dios, con la productora granadina Grupo de Fe. Parte de este trabajo es la banda sonora de la visita a Art in progress, que ofrece una experiencia sonora al visitante con experimentos como jugar con la voz del traductor de Google o el sonido de la llamada del iPad. .

En otra parte de la exposición muestra el estudio del artista para desarrollar su concepto efímero del arte. "No es todo lo que aparece en los dibujos que presentamos, hay todo un trabajo para definir la obra que no se muestra, suceden una serie de cosas que son el verdadero proyecto creativo, es donde sucede el arte", defiende Chico López. En este sentido, ¿una performance es lo más parecido al arte puro? "No lo planteo así, sí que tiene que ver con el instante del arte que yo planteo, pero cuando haces una performance haces una interpretación, puede estar más cercano, pero lo que te ha llevado a hacer esta intervención que da lejano en el momento de la realización, ahí no está el proceso", concluye.