Doce años de carrera contemplan ya a Mario Díaz si contamos su periplo al frente del grupo Los Aslándticos, el grupo con el que se dio a conocer y que decidió abandonar cuando estaban a punto de alcanzar el éxito que finalmente obtuvieron. Díaz en solitario también se ha trabajado a conciencia ese camino triunfal, con el tesón de las hormigas de las fábulas, y una fórmula en la que el rock se funde con el reggae en lo musical, y la poesía con la denuncia social en los textos.

Mario Díaz es un artista con mensaje que desprende sinceridad y honestidad sin descuidar la vitalidad. Poco a poco se ha convertido en el emocionante altavoz de una realidad social muchas veces apagada y de indiscutible aceptación, como demuestran unas cifras que hablan por sí solas: Desde su separación en 2009 de Los Aslándticos Mario ha visitado Granada con frecuencia, aumentando poco a poco, con pasos cortos pero seguros, los dados con cada una de esas nuevas visitas el número de adeptos. La última vez que lo hizo fue hace un par de años, con la gira de presentación de su anterior trabajo, Está en ti, con la que ofreció un centenar de conciertos, muchos de ellos agotando aforos, y dejando constancia de un directo orgánico y potente que ya ha paseado no solo por toda España sino también por gran parte de Latinoamérica, Argentina, Chile, Cuba, México, y países tan exóticos como Lituania, Polonia o Marruecos.

Sin perder un gramo de su esencia, ahora vuelve con Rock My Reggae, la tercera entrega de su trayectoria, un disco de título más que explícito, con el que reviste su rock con acento andaluz de guiños y giros vocales indiscutiblemente reggae, añadiendo arreglos crudos y sostenidos, que convierten los temas en enérgicas y elegantemente salvajes descargas de realidad mediante unas letras con alma, a las que arropan incluso alguna que otra incursión electrónica que ha dirigido tras los controles de Di Geraldo. Esta noche en la sala BoogaClub.