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El valor de la juventud

joven orquesta nacional de españa. Programa: Programa: Robert Schumann, Obertura Manfred op. 115 y Concierto para piano y orquesta en la menor op. 54; Jörg Widmann, Aria für Streicher; Johannnes Brahms, Sinfonía núm. 3 en fa mayor op. 90. Director y piano solista: Christian Zacharias. Lugar y fecha: Palacio de Carlos V, 28 de junio de 2016. Aforo: Prácticamente lleno

La Joven Orquesta Nacional de España visitó el Festival de Granada una vez más, y en esta ocasión lo hizo con un acompañante de excepción: el pianista Christian Zacharias, que en su faceta de director será también el encargado de guiar al conjunto orquestal en su interpretación. Con un programa eminentemente romántico, la JONDE demostró la encomiable labor de sus componentes, los músicos del futuro.

Christian Zacharias ha sido este año director invitado de la JONDE. Contar en el podio con un intérprete de su talla es todo un lujo para cualquier intérprete, máxime si se aborda el repertorio pianístico del siglo XIX, en el que él es todo un experto. Así pues, no es de extrañar que se haya centrado en este periodo histórico para su visita a Granada, prestando especial atención a la música de Robert Schumann, de quien recientemente ha grabado sus sinfonías.

Para la primera parte del programa se reservó Zacharias dos obras bien conocidas, con las cuales pudo trabajar al máximo las múltiples facetas interpretativas que ofrece un conjunto como la JONDE, ajeno a vicios interpretativos y tradiciones heredadas. Así, para abrir el concierto se interpretó la Obertura Manfred de Schumann, inicio del magno poema dramático homónimo, en una versión potente y bien meditada.

Pero el plato fuerte de esta primera parte lo constituyó el Concierto para piano y orquesta en la menor op. 54 que el autor alemán compusiera para su mujer Clara Schumann-Wiek, sin duda uno de los más espectaculares del repertorio decimonónico y habitual en el repertorio de Zacharias. Desde su doble puesto de director y solista, todo un alarde técnico y artístico, abordó una interpretación dinámica y muy expresiva de este concierto, describiendo sutilmente las unidades motívicas tanto de la orquesta como del piano. Los pasajes orquestales, bien empastados y definidos, eran de una riqueza tímbrica y expresiva excepcional; se nota el interés y mimo puesto en definir su interpretación, la cual enriqueció con su trabajo en las partes solistas, compensadas siempre y con la debida presencia y virtuosismo, acordes con el espíritu de la obra.

Ante la prolongada ovación al terminar la primera parte, a la que se sumaron los músicos de la orquesta, Christian Zacharias ofreció como propina Sonata en sol mayor de Domenico Scarlatti.

La segunda parte se abrió con el Aria für Streicher (Aria para cuerdas) compuesta tan sólo hace un año por Jörg Widmann. Esta pieza para orquesta muestra la fascinación de su autor por la tradición austro-germana. Así, las líneas melódicas que conforman esta breve pieza se van fundiendo unas con otras en una armonía expandida de entre la que destacó el desgarrado canto de la primera violín (Regina Laza) y el primer viola (Carlos Delgado), declamando sendas líneas melódicas de gran expresividad.

Para cerrar su intervención dentro del Festival de Granada la JONDE y Christian Zacharias ofrecieron una estupenda versión de la Sinfonía núm. 3 en fa mayor op. 90 de Johannes Brahms. Esta sinfonía, la más breve de Brahms pero a la vez la más compacta y coherente, está basada en un motivo Fa-La-Fa, expuesto por primera vez en los chelos y que reaparece a lo largo de sus cuatro movimientos. Desde los primeros acordes, Christian Zacharias imprimió un tempo vivo y enérgico a su primer movimiento, sobrecogedor en su desarrollo melódico-armónico, que la JONDE interpretó con una gran riqueza tímbrica y buen empaste. Las cuerdas, perfectamente conjuntadas, sonaron rotundas y timbradas, mientras que los vientos ofrecieron en todo momento el oportuno contrapunto motívico dentro de la compleja traja orquestal escrita por Brahms. Cada movimiento fue perfilado por Zacharias en su justa medida, con ritmos siempre vivos dentro de cada contexto y con una visión muy clara de qué elementos potenciar para hacer de esta interpretación algo casi perfecto.

El buen sonido y empaste que a lo largo de toda la velada ofreció la JONDE es doblemente meritorio, primero por no tratarse de una orquesta profesional, y segundo por tratarse de un repertorio trabajado expresamente para este concierto en apenas dos semanas, partiendo desde cero. El magnífico trabajo que Christian Zacharias ha realizado con estos jóvenes lleva implícito no sólo el aprendizaje y la experiencia de poner en atriles grandes obras de repertorio, sino sobre todo la ilusión por hacer buena música y el merecido reconocimiento público por su gran labor. Los prolongados aplausos dispusieron a orquesta y director a ofrecer como propina el segundo movimiento Andante de la Sinfonía núm. 5 Reforma de Felix Mendelssohn.

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