La Alhambra, las zambras del Sacromonte, la Vega, el Albaicín... Es el paseo musical que propone el pianista y Premio Nacional de Música Guillermo González, que esta tarde presenta Isaac Albéniz. Evocación de Granada, un libro-disco publicado por la UGR y el Patronato de la Alhambra y el Generalife donde interpreta once piezas del compositor catalán en las que evoca directa o indirectamente a la ciudad. Un recorrido etéreo sin grafitis ni basura por las esquinas. "Incluso piezas como la suite Iberia tienen aún más sentido en Granada si te sientas en el muro de la Alhambra por la noche y dejas el oído discurrir para que perciba lo que pasa al rededor", explica el pianista.

En cuanto a los retos que le ha supuesto grabar el disco, Guillermo González explica que "primero hay que tener la idea y después buscar en la gran producción que tiene Albéniz las piezas que tienen que ver con Granada". En su caso le ha resultado más fácil ya que se encuentra grabando en la acctuaidad Guille las obras completas de Albéniz para el sello Naxos. "No he necesitado una labor de búsqueda porque Albéniz es un material que está perfectamente publicado", explica el artista sobre un disco que tiene "un recorrido musical y geográfico". "Quizás soy la persona viva que más tiempo y más trabajo le ha dedicado", continúa. "Tengo por ejemplo una edición muy especial de Iberia porque conseguí por aquí y por allá los originales de su puño y letra y los publiqué, mi conocimiento de su obra es sobre todo a través de su escritura".

Por eso, uno de sus objetivos es desterrar los falsos mitos en torno al compositor." Todo el mundo dice que era un desordenado y cosas así porque Albéniz es casi un personaje maldito, al menos para el pueblo español", puntualiza González. "Dicen que no sabía escribir para orquesta, lo cual es absolutamente mentira porque tiene varias óperas, que nadie conoce por cierto".

En el disco destaca su investigación alrededor del autor. "Toco las piezas con una visión general, sabiendo qué hizo antes y qué hizo después, lo que te da una vivión más amplia a la hora de interpretar su obra", detalla. Un ejemlo es La Vega, una pieza para piano "aunque el público debe saber que él ya la tenía preparada para hacerla en orquesta, y cuando la tocas en piano tienes que pensar en orquesta". También muchos al escuchar el disco han pensado en el Patio de los Arrayanes como escenario ideal para interpretarlo.