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Ensoñaciones de Atlántida

  • El artista Jaime García expone en la sala Zaida su particular reinterpretación de 'El sueño de Isabel' de la obra de Falla

En El sueño de Isabel, uno de los fragmentos más emocionantes de Atlántida de Manuel de Falla, la reina Isabel la Católica presagiaba durante un sueño el descubrimiento de América a través de un pájaro que arrancaba de su mano un anillo que arrojaba al mar y que resurgía en una isla totalmente diferente al mundo conocido hasta el momento. Ese instante es el que ha servido de inspiración al joven artista granadino Jaime García para crear su particular concepción de El sueño de Isabel, la exposición que desde ayer se puede ver en la sala Zaida de Caja Rural en colaboración con el Archivo Manuel de Falla y la Asociación de Amigos de la OCG.

Concebida en torno a cuatro aspectos diferentes -El mar, El anillo, La conciencia y El pájaro-, la propuesta plástica de García quiere mostrar al espectador una lectura más sugerente de la pieza de Atlántida a través del uso de recursos más cercanos y modernos. "Me he querido alejar del planteamiento de la obra original y centrarme en el sueño de una Isabel que ni es reina ni es católica. A partir de ahí, creo esta instalación que da forma a un ambiente onírico pero que cuenta una historia con una estructura narrativa y formal", señala el autor.

El mar, la primera de las partes en que se divide la exposición y también la más importante, construye un "pulso vital", una toma de contacto con la historia a través de una videocreación proyectada sobre tela plegada y en la que el mar se fragmenta.

El anillo, el siguiente paso de esta ensoñación, se corresponde con un círculo dorado, una pintura que recibe los pequeños destellos que crean sobre ella los distintos espejos rotos situados en el suelo e iluminados por un foco. El anillo tiene su continuación lógica con La conciencia, un audiovisual que se puede ver proyectado en un monitor de televisión en el que un ojos y unos labios narran versos que se mezclan entre sí y con imágenes que proceden del sueño y de la vigilia a modo de recuerdos y proféticas visiones de lo que está por venir.

Cierra la exposición El pájaro. El elemento que sirve de medio para el descubrimiento de todo un continente en el sueño de la reina Isabel la Católica se transforma para Jaime García en una pequeña escultura encerrada en un vitrina que impide que nada lo amenace o lo ponga en peligro y que representa el equilibrio y todo lo que puede ser seguro y lo que no puede serlo tanto.

García, que ya se había acercado a la obra de compositores y escritores como San Juan de la Cruz en Tres estancias de un apartamento burgués, un proyecto anterior, asegura que su imagen de Manuel de Falla no ha cambiado tras realizar esta exposición, sino que ha servido para confirmar su apreciación de él: "Creo que es un grandísimo compositor que mantuvo un compromiso profundo con la creación".

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