Tras una trayectoria literaria tan brillante como extensa, Pedro Molina Temboury (Málaga, 1955) sigue dejándose llevar e inspirar por la magia de las pequeñas cosas, por la sorpresa de las decisiones no pensadas. Así nació Islas, islas, un itinerario poético por la geografía emocional, "un libro feliz, que no es poco", con el que resultó ganador del VII Premio de Poesía Javier Egea, organizado por la Diputación de Granada y la Asociación Diente de Oro, y al que se presentó apenas 24 horas de que finalizase su convocatoria para despejarse de una novela que, curiosamente, habla de un poeta que se suicida.

El autor, que concibió estos poemas como "un regalo" para su acompañante durante un "viaje maravilloso por las islas del Dodecaneso", recibió ayer el galardón de este premio (una obra escultórica del artista Agustín Ruiz de Almodóvar) de la mano de la presidenta de la Asociación Diente de Oro, Marta Badía, y de la diputada de Cultura de la Diputación de Granada, María Asunción Pérez Cotarelo, que destacó "la impecable factura de este libro por conjugar de forma maestra la emoción y la reflexión", pero también "el prestigio que aporta al certamen la participación de autores de la talla de Temboury".

En este sentido, la diputada también subrayó la excelente acogida que ha tenido el concurso, a cuyo premio han optado un total de 150 obras, un 27% más que la última edición. De este modo, "conseguimos entre todos que Javier Egea y su obra continúen vivos entre nosotros", dijo Pérez Cotarelo, que agradeció la labor de los escritores Alfonso Salazar y Javier Benítez, artífices de este proyecto, que hicieron realidad en 2002 para reivindicar y divulgar la poesía, en general, y la obra del poeta Javier Egea, en particular. Este cuaderno de viaje, compuesto por un total de 47 poemas cuya armadura destaca por su homogeneidad y sentido orgánico, también sobresale, a juicio del propio autor, por la "claridad y concisión" de su escritura.