hoja de ruta

Ignacio Martínez

Gracias, Mas

AL presidente catalán habría que mandarle un jamón de Cortelazor por Navidad. Ha conseguido en unos segundos lo que costosísimas campañas de la Junta no han logrado en tres décadas: unir a los andaluces bajo un mismo sentimiento. Eso sí, de agravio, por su desprecio hacia el habla andaluza. El viernes, los cientos de comentarios en la edición digital de este diario mostraban un orgullo regional que los localismos no dejan salir a flote casi nunca. Todo gracias al complejo de superioridad de Mas, en afortunada definición de su colega Griñán. Y para mayor agradecimiento, y quizá una lata de lomo en manteca de Benaoján, el president señala con el dedo de manera conjunta a Sevilla y Málaga, los dos territorios en los que se generan mayores recelos mutuos en el interior de Andalucía. Gracias, Mas.

No hay mal que por bien no venga. Eso sí, la frase no fue una afirmación desenfadada sin ánimo de ofender, como pretendía el comunicado de disculpa de la Presidencia catalana. Mas está considerado por sus seguidores como un hombre frío de una precisión admirable, incapaz de concesión alguna a la retórica o a la frivolidad, alérgico al populismo y a la demagogia. Pero Cataluña se dispone en la próxima legislatura a reclamar un concierto económico, privilegio que la Constitución le concedió sólo al País Vasco y a Navarra. Convergencia, Esquerra y la Izquierda Unida catalana están por la labor. El PP y Ciudadanos en contra y los socialistas tienen el corazón dividido. Mas está sin duda sobreactuando en materia de recortes para sensibilizar a la sociedad catalana con un sofisma perfecto: o pagamos menos al Estado o hay que cerrar asilos y quirófanos. Parece, con perdón, un poco populista y demagógico, pero esto es lo que hay: la idea es que los impuestos de los catalanes se queden en Cataluña. Y si la región más próspera paga menos al Estado, Andalucía tendrá mucha menos financiación.

Entraríamos en terreno peligroso. La guerra fiscal alentaría boicots comerciales y tensiones territoriales. La mayor parte de las ventas de las empresas catalanas se producen al resto de España. Y Mas debería recordar el proverbio chino que dice "si no sabes sonreír, no pongas una tienda". Vienen curvas.

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