el que apaga la luz

Federico Vaz

Tangos y milongas

UN tango apache entre un Carlos Rojas engominado y una Teresa Jiménez con media de malla y clavel entre los dientes, aprovechando que el Festival de Tango mecerá la campaña electoral en compás de dos por cuatro. Seguro que lo prefieren a un debate. Pero son otros los próceres que demostrarán su talento para la melodía de arrabal. Uno de ellos, el presidente de la Diputación Sebastián Pérez, coautor del Tango a Granada que estrenará el certamen y para quien se diría compuesto a medida ese otro tango que dice: "Agrandao por tu linaje a la mufa das el raje, milongueando sos lo más".

A Sebastián, después de recorrer incansable la provincia, fichar en el Senado, hacerse fotos como desinteresado benefactor del Banco de Alimentos y contar alguna milonga en sala de prensa, aún le queda tiempo para escribir la letra de dicho Tango a Granada -no confundir con los tangos flamencos de la tierra: "Tú te colocas y enfrente de mi, que por si acaso yo me caigo patrás..."-. Y todo queda en casa, pues compone la melodía su vicepresidente, que no vicetiple, José María Guadalupe, un Leonardo del Siglo XXI que igual te pronuncia un pregón, te compone un pasodoble, mayordoma una archicofradía o estrena una comedia, De ceniza presente, sobre la fugacidad de nuestras existencias ensalzando las ventajas de incinerarse con Emucesa -aunque este periódico cambió la ceniza por polvo en un memorable titular sin duda dictado por el subconsciente-. Guadalupe podría haber inspirado el tango ¡Qué fenómeno! al que el gran Gardel puso voz: "Qué tipo de suerte que sos, mama mía, ¡cómo prosperás! Qué fenómeno, Dios mío. Quién te ha visto y quién te ve. Ayer detrás de la manga y hoy adelante, ¡no sé!".

Ya ni duermo aguardando el estreno, pero mi dicha mayor sería ver al propio dúo Pérez-Guadalupe interpretando éste y otros tangos, y, por qué no, invitando para el bis al alcalde Torres a que se les una con una pieza de cosecha propia: En el quinto pino (Tango de la Estación de la Bobadilla), adaptando aquel que decía: "Ya sale el tren. El humo pinta el cielo y en el andén agito mi pañuelo. Ruedas que rechinan con la angustia del adiós y ella, mi muñeca, que se ahoga con su tos". Lo suyo sería formar cumparsita estable y deleitarnos con las Milongas de la herencia recibida, los Tangos del ascensor o el Vals criollo del tranvía y las calles levantás. Mientras Sebas y Jose Mari "arman juntos la milonga y al safar, se sacuden la rutina y se tiran serpentinas en su propio carnaval" nos olvidaremos por un momento de que, entre recortes y reformas, su partido nos lleva tristes en la pendiente, solitarios y ya vencidos... Cuesta abajo en la rodada.

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