palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Ripios de Ana Pastor

DICE el alcalde que quizá o seguramente o con alguna probabilidad, o que más o menos, la estación del AVE irá o no irá en la fábrica de San Isidro, que depende de lo que diga la ministra de Fomento, Ana Pastor, durante una interesantísima entrevista que ni siquiera está concertada. ¡Bienvenida miss Ana! El alcalde se está tomando muy en serio su participación como extra en ese sucedáneo de festival de cine llamado Retroback. Primero, como acompañante del trasunto de Pepe Isbert; y luego como miembro de la familia Corleone. Ya que son tantas las cuitas y peticiones que el alcalde quiere plantear a la ministra, y tantas las contestaciones positivas y las inversiones que espera, los organizadores del certamen bien podrían alargar la celebración y repetir la escena de míster Marshall en la Plaza del Carmen con su coro de paisanos entrenados debidamente para que cuando apareciera la ministra en el balcón rompieran a cantar: "La ministra ¡ay que contento! / Ana Pastor / nos ha traído de su Fomento / una maleta / con más nieve pal Veleta, / a la Alhambra un ascensor / y muchos billetes / pal puente de la A- Siete. / Y pa acabar ¡olé mi niño! / una estación del AVE / en San Isidro". Estribillo: "Los populares / vienen a España / guapos y sanos / viva el tronío / de ese partido / con poderío. / ¡Ay que alegría! / de ese tranvía. / Olé mi madre / olé mi suegra / y olé mi tía". Y de este modo, acunada por los ritmos y los ripios patrios, la ministra Pastor caería rendida ante las sugerencias del alcalde y sería capaz no ya de que el AVE llegara a San Isidro sino que apareciera Darro arriba por el Hotel Reúma y luego, por el ascensor, al Patio de los Leones y desde allí, sobre los rieles del teleférico, al Mulhacén. ¡Olé! Sería el disparate perfecto, una concatenación armónica de atrocidades que terminaría con la ciudad de una tirada.

Pero volvamos a la realidad, queridos lectores, no nos dejemos engañar por los sueños ni por la falsa hilaridad de las rimas. Lo que yo deduzco del suspense del alcalde es que ni él mismo sabe qué proyecto de ciudad quiere, por dónde debe llegar el AVE, qué hay que hacer con la Alhambra y si es posible disminuir la superficie del Parque Nacional de Sierra Nevada, que todo depende de lo que digan unos y otros, de si la ministra afora los millones necesarios y de si Arenas gana las elecciones del 25-M. ¡Todo depende! A veces Torres Hurtado parece estar a lo que manden los empresarios. Los promotores ya han tirado el terrón de la Azucarera y mientras remueven el fondo del negocio con la cucharilla ven cómo la melaza unas veces emulsiona y otras no. Con la Sierra ocurre igual. ¿Qué pasará?

Mientras llega Ana Pastor, cantemos todos juntos: "Esa ministra / traerá divisas / pá quien toree / mejor corría, /y medias y camisas / pá las mocitas más presumías".

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