LA consultora Oliver Wyman ha evaluado las necesidades de capital de la banca española según el Memorando de Entendimiento aprobado por España y la UE el pasado julio. Y por fin este viernes, el Banco de España nos dio el susto. Ya sabemos que la pésima gestión de un puñado de entidades financieras nos puede costar a los contribuyentes la nada despreciable cifra de sesenta mil millones sumados a los que ya hemos puesto y eso que OW sólo analiza lo que le han pedido. No es descartable aunque su probabilidad sea mínima que el llamado escenario adverso sea peor que el estudiado.

Me niego a escribir "nuestras entidades" porque sólo es mío lo que compro por decisión propia y con mi dinero. Si esta ruina ya es nuestra es porque el gobierno las ha recapitalizado usando el dinero de los contribuyentes sin que conste interés alguno ni consentimiento por nuestra parte. Lo más sangrante es que cuando repartían jugosos dividendos, no las recuerdo como "nuestras".

Es curioso, quebradas son de todos, rentables, de unos pocos. Un banco que quiebra puede liquidarse como cualquier otra empresa. Por eso, aunque lo repitan mucho, el manido argumento de que salvar a la banca es imprescindible para que vuelva a fluir el crédito y se reactive la economía, es absolutamente falso. Pero además, esa no es la intención del rescate y así se deduce del propio informe. OW estima que no se va a repartir dividendo en efectivo hasta 2015 y apoya todo su análisis en la reducción de balance de las entidades, es decir, en apestillar el grifo del crédito. Así que nos vamos a endeudar en miles de millones de euros adicionales para apuntalar la ruina de unas entidades mal administradas, no para poner, ni mucho menos, la primera piedra de nuestro futuro. Así que nos han dicho: Id pagando y ya veremos. Con mucha suerte se recuperará una parte ínfima del rescate, pero los contribuyentes vamos a pagarlo íntegramente.

El tan esperado informe nos pone negro sobre blanco que la gestión, básicamente pública, de las Cajas de Ahorros ha constituido un inmenso fiasco que obliga al gobierno nacional y a los autonómicos a exigir responsabilidades políticas, económicas y penales a quienes malversaron el enorme patrimonio que atesoraban las Cajas, en muchos casos centenarias. Y eso es lo que el ciudadano aún no ha visto.

Una de las frases más recordadas de Churchill es aquella con la que homenajeó al puñado de inolvidables héroes de la RAF que habían salvado a Inglaterra de la barbarie nazi: "Nunca tantos debieron tanto a tan pocos". Los españoles vamos a tardar muchos años en olvidar a nuestros magos de las finanzas y siempre recordaremos con pavor que "Nunca tantos debimos tanto por culpa de tan pocos".

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