Quousque tamdem

luis Chacón

Pamplinas veraniegas

UN profeta bíblico era un tipo malencarado que se dedicaba a amargar la vida de los demás y que se ha reencarnado en Comisario de la UE. Esos señores que no ha votado nadie y que creen gobernar Europa porque allí los ha mandado el gobierno de su país. Dicho sea de paso, a algunos más que por sus capacidades, por la tranquilidad que ofrece tenerlos entretenidos en Bruselas. Uno de los más pertinaces en esa atávica afición a asegurarnos los más terribles castigos de no seguir sus dictados es el finés Olli Rehn cuyo último sermón apocalíptico -calcado del aún menos democrático FMI- nos insta a bajar los salarios so pena de cargar durante años con la penitencia de haber provocado ingentes costes sociales y humanos. Como profetizan y no aciertan; prometen y no cumplen y amenazan y no ejecutan acabamos oyendo estas pamplinas sin prestarles atención. Son parte del decorado.

Porque la idea es una auténtica pamplina, inútil, dictatorial e inmoral. Inútil, porque ganar competitividad es necesario pero no así. Se consigue rebajando impuestos a la energía o a los hidrocarburos que son una parte importante del coste productivo, derogando tasas, convirtiendo al estado en una maquinaria eficiente o eliminando salarios estratosféricos decididos por que sí. Dictatorial, porque salarios y precios deben adaptarse a las circunstancias de mercado y la única forma democrática de ajustar sueldos es la libre negociación laboral, no el BOE. No se trata de que sean altos o bajos sino libres. Ya tuvimos una subida salarial por decreto en 1956. Ideada por el falangista Girón de Velasco provocó una espiral inflacionista y hundió aún más la maltrecha economía de la época. Toda una lección. Y es inmoral porque un país que ha tirado por el sumidero de la nacionalización de la banca más de cincuenta mil millones de euros no puede exigir a sus ciudadanos que pierdan más poder adquisitivo a cambio de otra promesa evanescente como la de que así se creará más empleo sin que tengamos la seguridad de que el recorte no se destinará a aumentar los beneficios empresariales o los impuestos.

Ya se ha encargado la crisis de cercenar los sueldos de casi todos. No lo han hecho los de los mercados protegidos y no competitivos y ahí, quien tiene toda la responsabilidad es el proteccionismo nacional y europeo. El comisario Rehn debería recordar que el objetivo de la Europa unida es crear riqueza, no repartir miseria.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios