Quousque tamdem

luis Chacón

Muertes previsibles

ESCRIBIÓ Fray Luis de Granada en su Guía de Pecadores que oficio es el bien morir que conviene aprenderse toda la vida. Al gobierno andaluz, quizá porque es más bien agnóstico, le basta con que nos apliquemos y lo hagamos bien el último año, al menos en lo que respecta al dinero que creen que tenemos en el banco. De ilusión también se vive. Toda decisión política se justifica con grandilocuencia y en este caso se ha elegido la lucha contra el fraude fiscal. Y así, el resumen del último Consejo de Gobierno dice que se han detectado operaciones en los depósitos bancarios con objeto de eludir el pago del Impuesto de Sucesiones. Y eso es una novedad, claro. Así que se va a incrementar la capacidad de la administración para acceder a los movimientos bancarios de los herederos en los casos, aquí viene lo mejor, de fallecimiento previsible con anterioridad. Aunque no lo sepan, hasta el día de hoy y desde el origen de los tiempos, todo fallecimiento es previsible con anterioridad. Lo que siempre ha sido difícil es acertar el momento exacto.

Impedir, como se pretende, que un ciudadano realice en sus cuentas los movimientos bancarios que le plazca es otro ataque más a la libertad individual. Ese valor que dicen defender pero que vulneran con machacona insistencia todos los días. Porque, ¿quién sabe si el titular de un depósito morirá antes de un año? ¿Se va a legislar el fallecimiento previsible o va a crear la Junta un Cuerpo Fiscal de Augures y Adivinos? Pero la idea es también un peligroso paso más en el tortuoso camino que nos lleva desde la justa recaudación fiscal hasta la descarada confiscación, aunque esta esté prohibida expresamente por el artículo 31 de la Constitución. Un texto mucho más citado que leído y absolutamente desconocido por quienes nos gobiernan, si nos atenemos al tenor de sus decisiones. Tampoco es de recibo la vulneración del principio de presunción de inocencia que tanto piden para sus compañeros imputados en casos de corrupción. Para la Junta, los familiares de todo ciudadano cuya muerte sea previsible son unos infractores fiscales ya que no se espera a la posterior inspección sino que se anticipa el comportamiento y se pretende prohibir la disposición del propio dinero. Si no fuera porque es una idiotez darían ganas de hacer caso a James Dean y vivir rápido, morir joven y dejar un bonito cadáver, eso sí, de mileurista sin un euro en el banco.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios