COMO senador he tenido el honor, uno de los mayores de los que me ha tocado vivir como representante público, de asistir en nombre de Granada, de cuya Diputación Provincial también me honro en ser presidente, a la proclamación de Felipe VI como Rey de todos los españoles ante las Cortes Generales, un acto que enmarcaré en mi memoria para siempre en lo que significa como punto y seguido de esta etapa brillante de libertad que hemos escrito entre todos en las últimas décadas.

La abdicación del Rey Don Juan Carlos y el consiguiente relevo en la Jefatura del Estado ha tenido su mejor reflejo, como hecho histórico, en la normalización con la que se ha llevado adelante durante las últimas semanas el procedimiento para su sanción desde un punto de vista político y legislativo.

Quiero resaltar la coherencia constitucional y democrática que en todo momento ha guiado a los dos grandes grupos políticos del arco parlamentario español, una cuestión que no es baladí si se tiene en consideración las voces discrepantes, aunque minoritarias, que han querido empañar este relevo que los españoles, en su gran mayoría, han percibido como algo lógico y procedente, en el marco de nuestra Carta Magna.

Junto a estas dos cuestiones fundamentales quiero subrayar como granadino el especial cariño y afecto que se tiene a Su Majestad el Rey Felipe en nuestra tierra en la que se formó como piloto en la Base Aérea de Armilla. Siendo Príncipe de Asturias siempre ha tenido predilección por nuestra ciudad y por Sierra Nevada, donde ha podido practicar en numerosas ocasiones uno de sus deportes favoritos. Todos recordamos con cariño la visita del pasado otoño en la que, con Doña Letizia, la nueva Princesa Leonor, y la Infanta Sofía, pasearon entre la ciudadanía por la histórica muralla y los palacios árabes de la Alhambra.

Estoy seguro de que nuestro nuevo Rey, hombre de gran preparación y auténtica sobriedad, siempre de trato cercano y afable, sabrá recoger en esta hora decisiva el digno testigo de su padre el Rey Don Juan Carlos pero también las enseñanzas y la inteligente sensibilidad, tan reconocidas por los españoles, de la Reina Doña Sofía. A todo ello habrá que unir, porque parece justo que así sea, el apoyo decidido que ha tenido como Príncipe de Asturias y tendrá como Monarca de Su Majestad la Reina Letizia quien, desde el primer momento, ha estado al lado de Don Felipe con especial ternura y cariño.

Todos esperamos que el Rey Felipe dote de modernidad y renovación a la Corona que ha servido, sirve y servirá de forma impecable al aparato institucional de España y, en definitiva, al bienestar de los españoles. Todos esperamos que lo haga siguiendo el ejemplo institucional, hoy elogiado unánimemente dentro y fuera de nuestras fronteras, de Don Juan Carlos que supo, en el inicio de su Reinado, reconciliar sin enfrentamientos estériles a todos los españoles.

Los mejores éxitos para Felipe VI serán los mejores éxitos para España. Ilusionar a los ciudadanos, en un momento en que la situación económica ha llegado a afectar a todas las esferas de la vida pública, es una tarea ambiciosa para la que sin duda tiene bagaje, conocimiento y sentido del deber suficientes. Contará siempre, desde nuestro respeto y la lealtad a la Corona y a la Familia Real, con el apoyo de la Diputación Provincial y el resto de instituciones de la provincia de Granada donde siempre recibiremos con los brazos abiertos a los Reyes de España en el ilusionante camino que estos días comienzan a recorrer.