El balcón

Ignacio / Martínez

Patria o pasta

EL ex president Pujol confiesa que ha tenido una fortuna en el extranjero durante un tercio de siglo sin declararla ni pagar impuestos. La consigna soberanista de los pujolistas dirigentes de Convergència era que España les robaba. Pero resulta que el viejo patrón tenía dinero escondido en Suiza, el muy truhán, con su pinta de buen padre de familia, de buen administrador de la cosa pública. Así que el que de verdad les robaba, a los que pagaran impuestos, era el propio Pujol. Su ahijado político, el actual presidente Mas, se ha apresurado a decir que éste es un asunto particular de la familia Pujol. Si lo que pretendía era ponerle la mayúscula a la Familia, se entiende el comentario. Lo contrario es un descaro.

Después de amenazar al diario El Mundo con una querella hace año y medio por contar esto mismo y desmentir en Antena 3 que tuviese cuentas en Suiza, el comunicado de Pujol de ayer respira un delicadísimo cinismo, porque no dice cuánto dinero era, dónde estaba, quién lo ha administrado o cómo se ha liquidado su legalización. Y la disculpa de Mas es otro síntoma de que la regeneración de la vida pública española es tarea imposible. Sigue habiendo muchos tics de los viejos modos. Sobre todo viniendo del presidente Mas, cuyo padre también tuvo dineros en Liechtenstein y Suiza. Son descuidos que se pueden entender si se tiene tantísima fortuna que ni se sabe cuánta es, ni dónde está. Pasa en las mejores familias, le ha pasado a los Botín sin ir más lejos.

El escándalo de la evasión fiscal de Pujol llega el mismo día que se ordena a un exministro de Aznar y ex presidente de Baleares, Jaume Matas, a entrar en la cárcel por un caso de corrupción y en la semana en la que el ex presidente de Castellón Carlos Fabra es también condenado a prisión por el Supremo. Los casos de corrupción de los locos años 2000, que afectan a todas las banderas políticas, irán produciendo muchos más presidiarios, pero no se ve ningún hecho relevante de cambio de estilo. Sólo de vez en cuando algún nuevo personaje que entra en escena habla de un tiempo nuevo y de ser implacable contra la corrupción. Sin embargo, los viejos modos siguen vigentes.

La desmoralización de la gente ante este espectáculo explica que un grupo sin organización ni medios como Podemos haya obtenido un resultado estratosférico en las europeas. Ahora el nacionalismo victimista volverá a las trincheras de su patria, después de haber exonerado a la Familia Pujol. Es difícil establecer si su verdadera patria es Cataluña, o Suiza, Andorra o Liechtenstein. O mejor, la pasta. Eso sí, España les roba.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios