Luciano Alonso

El hombre de Orce, imprescindible para la Ciencia y para Andalucía

El yacimiento y sus tierras comprenden un patrimonio único para estudiar los últimos siete millones de años

Corría el año 1976 cuando un pequeño equipo de científicos catalanes, dirigidos por Josep Gibert, llegaron a las tierras de Orce, en la cuenca granadina de Guadix-Baza, y dieron a conocer por primera vez para la paleontología el yacimiento de Venta Micena.

Desde entonces han pasado ya casi 40 años y mucho, mucho se ha hablado de Orce, de sus importantes y espectaculares yacimientos, de los grandes avances que han supuesto estas localidades con fósiles para las ciencias arqueológicas y paleontológicas y, desgraciadamente, también de sus polémicas.

Afortunadamente, estamos en un nuevo escenario científico y social donde Orce está encaminado y alcanzando el lugar que le corresponde. Desde la Consejería de Educación, Cultura y Deporte estamos intentando contribuir de la mejor manera que podemos a la gestión de este patrimonio tan importante para Andalucía.

Orce ofrece unas condiciones geológicas únicas para la conservación de los fósiles de vertebrados y, particularmente, es único en la cantidad y calidad del registro de grandes mamíferos.

Y, ¿por qué pasa esto? La respuesta es bien sencilla. Durante los últimos siete millones de años, la cuenca de Baza, actualmente un secarral, solamente rica en vegetación en los valles donde hay humedad y circulan pequeños cauces de agua, estuvo ocupada por un gran lago salado de amplia extensión y poca profundidad que abarcaba desde Baza hasta los confines de Orce y Huéscar, con más de 60 kilómetros de longitud. Estaba alimentado básicamente por agua de lluvia, y su aporte principal bajaba desde Sierra Nevada, atravesaba la cubeta de Guadix y vertía aguas al lago por el norte de la sierra del Jabalcón.

Sin embargo, otro aporte suplementario del lago eran las aguas subterráneas, que en ocasiones eran importantes manantiales termales, como ocurre hoy en día en Zújar, en Alicún de las Torres, o en los Fuencalientes de Orce y Huéscar. El lago creó unas condiciones extraordinarias para la vida, atemperando los inviernos y los veranos y contribuyendo decisivamente a un clima local de unas características mediterráneas extraordinariamente cálidas, generando los biotopos más ricos de todo el continente europeo.

Concretamente en el triángulo que conforman Orce y sus pedanías, Fuente Nueva y Venta Micena, en edades próximas a 1,5 millones de años, hay unos estratos con un registro de fauna fósil, y de industrias líticas, es decir piedras talladas por nuestros antepasados para cortar la carne y descuartizar los cadáveres de los grandes herbívoros, que son de dimensiones kilométricas. Pero además, en ellos se encuentran enterrados muchos millones de fósiles de grandes mamíferos (mamuts, hipopótamos, rinocerontes, ciervos gigantes y pequeños, búfalos, y sobre todo, grandes carnívoros como dos especies de tigres de sable, panteras, linces, osos, perros pintados, chacales, zorros y, especialmente la hiena gigante de cara corta Pachycrocuta brevirostris).

Y a todos estos fósiles y piedras talladas, unimos la localización, por el momento, de un resto humano: un diente de leche de un niño o niña de unos diez años, el más antiguo nunca localizado en Europa, hablamos de 1,4 millones de años. Por su puesto, este hallazgo fue publicado el pasado año en la revista de Paleontología Humana más prestigiosa, Journal of Human Evolution, y está avalado por un equipo internacional y multidisciplinar compuesto básicamente por científicos andaluces y españoles.

Por eso, Orce en concreto, y toda la cuenca de Guadix-Baza en general, comprenden el mejor patrimonio de Europa para el estudio de los últimos siete millones de años en el continente. Esto representa una importante riqueza para el desarrollo de las ciencias paleontológicas y arqueológicas en Andalucía y en España; y esta Consejería está apostando de manera comprometida y decisiva en el desarrollo del proyecto científico, en la socialización y enseñanza de este patrimonio entre los escolares andaluces, y contribuyendo a su divulgación general.

Orce ya tiene un lugar en la ciencia y es un proyecto importante y fundamental para el yacimiento, para Andalucía y para España. Contribuyamos entre todos los implicados a hacerlo lo más grande posible.

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