La ciudad y los días

carlos / colón

Asco

LA misma Amnistía Internacional que denunció los bombardeos de Gaza denuncia las matanzas de Iraq: "El avance de los miembros del Estado Islámico de Iraq y Al Sham (ISIS) y los enfrentamientos armados en el noroeste de Iraq están provocando un éxodo masivo de la población. Se calcula que un millón de hombres, mujeres, niños y niñas se han visto obligados a abandonar sus hogares desde enero de 2014. El ISIS ha llevado a cabo ataques sistemáticos contra comunidades minoritarias en el norte de Iraq, con el objetivo de expulsar a las poblaciones no suníes de las zonas bajo su control. La situación es cada vez más desesperada y la población huye presa del pánico ante la feroz brutalidad del ISIS, que les transmite un mensaje inequívoco: convertirse al Islam, abandonar la zona o morir".

Sin embargo, cuando no se trata de Gaza parece que los corazones se endurecen, los oídos tan atentos a las denuncias se vuelven sordos, las bocas que con tanta contundencia condenan a Israel enmudecen y las ganas de echarse a la calle para protestar son vencidas por una rara pereza. Se diría que la muerte de los inocentes sólo indigna cuando sirve para culpar a Israel y al imperialismo yanqui-sionista, dando rienda suelta a la judeofobia de izquierdas y al antisemitismo de derechas.

Testimonio de Aram Shakaram, director de Desarrollo de Programas de Save the Children en Iraq: "Fui un desplazado en 1988 después de sobrevivir a un ataque químico de Sadam Husein sobre mi ciudad, Halabja. Pero en toda mi vida jamás pude imaginar una crisis como ésta: tanta gente huyendo de manera tan repentina, tanto terror en los ojos de la gente… Cuándo y cómo terminará esto, nadie lo sabe. Lo que sí sabemos es que se necesita desesperadamente ayuda humanitaria para mantener a la gente con vida…. La comunidad internacional tiene que dar un paso adelante antes de que el daño sea irreparable".

De momento sólo Estados Unidos lo ha dado. Reino Unido se lo está pensando. Mientras tanto se crucifica, decapita, descuartiza o entierra vivo a quien no se convierte al Islam. Las imágenes de niños decapitados, de crucificados, de una mujer degollada cuya sangre se recoge en un barreño o de los "brigadistas islamistas internacionales" australianos y marroquíes exhibiendo cabezas cortadas recorren las redes. Afino el oído y no oigo a Javier ni a Pe, ni a los camaradas de Izquierda Plural, ni a los manifestantes con palestinas al cuello…

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