granada nuestra

fotos Pepe Romero / Textos J.A. Romero López

Plaza Nueva, un espacio con historia

Para muchos historiadores, la intervención urbana en la zona con el embovedado del río en 1842 es la más importante que se ha llevado a cabo en la ciudad

UNO de los espacios urbanos más emblemáticos de Granada es Plaza Nueva y su entorno. El plan de reforma urbana que se plantea en nuestra ciudad desde el año 1842 aborda la que, para muchos historiadores, es la intervención más importante que se ha llevado a cabo en Granada. Nos referimos a las obras de embovedado del río Darro. Fue una obra tan criticada por algunos como alabada por otros. Incluso en nuestros días existen muchos detractores de una intervención que enterró aquella imagen romántica de la ciudad del siglo XIX. Por otro lado, el plan de reforma suponía la modernización de la ciudad. Desde el punto de vista higienista, se trataba de acabar con los malos olores que generaban las aguas del Río y otorgar un aspecto más saludable a la ciudad. Es en este punto en el que se confrontaron los partidarios de mantener la ciudad pintoresca y los que apostaban por los planes de higienización. El único espacio que conservará aquella visión romántica, que los artistas extranjeros habían recogido en sus obras, será la Carrera del Darro.

La fotografía del archivo de Pepe Romero realizada en 1962 muestra un aspecto muy distinto al actual. Nos llama la atención el tráfico rodado alrededor de la plaza, con la existencia de abundante aparcamiento en la misma Plaza de Santa Ana. Algo impensable en la actualidad. Hoy continúa siendo un lugar de encuentro para disfrutar de un agradable paseo que nos lleva hacia la Carrera del Darro conectando con el Albaicín. A la derecha, el edificio de la Real Chancillería, órgano judicial creado por los Reyes Católicos a comienzos del siglo XVI y en la actualidad sede el TSJA. Es uno de los edificios urbanos más emblemáticos de nuestra ciudad y parte inseparable de la imagen que tenemos de Plaza Nueva. Quizás lo más desconocido sea su interior. Una escalera y tres arcos dan acceso a un patio bellísimo con arcos de medio punto sobre columnas dóricas de mármol. Merece la pena detenerse a observar este edificio, pues es una de las muestras más bellas de arquitectura civil que alberga nuestra ciudad. Siguiendo esta acera, un poco más abajo, donde hoy encontramos restaurantes y tiendas de souvenir, se encontraba una barbería que pertenecía a los abuelos de Pepe Romero. Su abuelo pelaba y afeitaba a Manuel de Falla en el Carmen de la Antequeruela.

En el centro de la plaza una fuente que, aunque ha sido movida en varias ocasiones, sirve de refresco en los meses estivales. Al fondo la Iglesia de San Gil y Santa Ana. La Iglesia de San Gil, construida a mediados del siglo XVI, se encontraba a la izquierda de la plaza. Tras la revolución de 1869 quedó prácticamente demolida quedando unida esta parroquia a la de la iglesia de Santa Ana que fue construida hacia 1540. Se trata de un magnífico edificio mudéjar del que hay que destacar su magnífica torre campanario que no pasa inadvertida ante la mirada de los cientos de turistas que cada día transitan por este lugar. A la derecha sólo podemos ver algunas casas, aún no se habían construido los nuevos juzgados. Al fondo, las cuevas del Sacromonte nos invitan a continuar nuestro paseo por la Carrera del Darro y adentrarnos en el barrio del Albaicín. Disfruten del paseo.

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