EN la sucesión de malas noticias que estamos recibiendo, una ha sido la encuesta de población activa, de la que resulta que en Andalucía tenemos 18.000 parados más, con lo que nos acercamos al millón y medio y el dato es aún peor porque en el resto de España se ha creado empleo, por lo que la diferencia de paro ha pasado a ser de 10 puntos a casi 12. Para la presidenta de Andalucía, la culpa la tiene el Gobierno de Madrid, porque el presidente Rajoy no mira por nosotros y la ministra de Agricultura no reduce el número de peonadas para cobrar el subsidio. Los que nos gobiernan en Andalucía no tienen, según ellos, ninguna culpa, sino que ésta es de los que nos gobiernan en Madrid. Pero resulta que en los más de treinta años de autonomía, en los que se ha ido creando ese diferencial de paro, su partido, el PSOE, ha gobernado en Madrid más de 24 años.

Tengo una solución para ese desapego que el presidente Rajoy tiene con Andalucía, según la opinión de doña Susana. Como lo que realmente debe importar es el bienestar de los andaluces y no seguir gobernado, ella podría dimitir y dar lugar a una nueva elección de presidente de la Junta, que formaría gobierno; basta con que no pida sus votos al tercer partido de la Cámara, dándole a cambio consejerías, para que el candidato que proponga el PP, partido que ganó las últimas elecciones, sea automáticamente investido y pasaría a gobernar. Dejar de pactar con IU no sería más que un adelanto de lo que va a ocurrir en un cercano futuro, cuando sea esa formación la que se niegue a pactar con el PSOE, porque le convenga más hacerlo con otros grupos de la izquierda.

Como supongo que la presidenta Díaz no me va a hacer el menor caso, su partido debe reflexionar si no sería un buen ensayo para el futuro gobernar en lo que queda de legislatura en coalición con el PP. Felipe González, el líder carismático que llevó su partido al poder, después de renunciar al marxismo y de entrar en la OTAN, contempló esa posibilidad, a nivel nacional, en una conferencia que dio en el Foro Joly. Cuando se le preguntó si la coalición podría darse en Andalucía, contestó, sin comprometerse "no la veo".

Los continuos escándalos de corrupción le están haciendo gratis la campaña electoral al partido de Pablo Iglesias. Con la corrupción hay que acabar, pero eso no supone que ésta convierta en bueno el programa de Podemos.