Bloguero de arrabal

pablo Alcázar

Situación embarazosa

EL domingo, de madrugada, un poco trastornado por el cambio horario tuve esta visión dantesca: "Miradlos, salen de la cueva en la que han estado encerrados cuatro años, con otros de su especie, disputándose las tajadas, repartiéndose los trozos de las piezas. Recogieron nuestros votos, como salvoconducto, como licencia para cazar todo lo que luciera, plumas, colores o enjundia. Pero en pocos meses les caduca la licencia y necesitan que se la volvamos a sellar, para otros cuatro años de rapiña y botín. Salen de la cueva ciegos, sólo ven una nebulosa; conforme se vayan acostumbrando a la luz comenzarán a identificarnos y a marearnos. Nos odian, temen lo que sabemos de ellos. Pero ahora nos necesitan. Proteged vuestros hijos, que no os los acaricien, proteged vuestro acerado sufrimiento para que no os lo reblandezcan; enarbolad vuestro sentido común para que no os engañen, de nuevo. Condenadlos a que su incursión, inevitable, para robarnos también el voto, sea como la de los enamorados del verso de Quevedo: Un andar solitario entre la gente".

Pero desde el domingo, les han pasado tantas cosas que, asustados, noqueados, han vuelto a la cueva, a hablar entre ellos, a cuchichear, a lanzar lamentos, a denunciar traiciones. De vez en cuando de las profundidades, sale alguien sonámbulo y dice cosas incoherentes, pide perdón, chupa una vez más los sacrificados huesos de las víctimas, desaparece y calla. No todo es incomprensible, algo de lo que mascullan tiene su lógica. Aguirre declara que tener corruptos sentados al lado resulta incómodo, pero calla que tenerlos en el regazo, mimándolos, como ella los ha tenido y mimado, a la larga te paraliza un poco. Que Aguirre haya utilizado de nuevo a Ordóñez, el concejal asesinado por ETA, para limpiar su imagen, resulta sucio. Por lo demás, ella no hace algo muy distinto de lo que hizo una prima mía que se quedó embarazada en Lanjarón por los años 50 y le echó la culpa a una coca cola que se había tomado y no, a su novio. Nadie la creyó de entre los mayores, pero los niños le atribuimos al brebaje cualidades seminales. Años después, los mozuelos del pueblo que me hicieron el 'agarejo', me informaron de que para que una mujer se quede embarazada, hace falta una coca cola y, sobre todo, 'hartarse de follar' (sic). Pues bien, Aguirre, como mi prima, quiere hacernos creer que la corrupción que la embaraza, no proviene de haber tenido contacto íntimo con los corruptos.

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