Quosque tamdem

luis Chacón

La cultura del pacto

LEO que varios dirigentes socialistas niegan tajantemente la posibilidad de llegar en un futuro a un pacto de gobierno con el PP y también que el alcalde de Granada afirma que la ciudad sólo ha avanzado cuando ha sido gobernada con mayoría absoluta y que cualquier resultado distinto a este sería una tragedia. Y no son voces que clamen solitarias. Es triste, pero la aversión a buscar puntos de encuentro parece incardinada en el sentir nacional y no sólo se da en los dos grandes partidos. Hace poco hemos asistido al sonoro desencuentro entre UPyD y Ciudadanos, las dos formaciones que podrían protagonizar una tercera vía, visto el agotamiento social ante el dontancredismo de PP y PSOE. Por no hablar de la cautela de IU y su desconfianza respecto de los novísimos chicos de Podemos.

Sin embargo, paso a las páginas de internacional y me encuentro con la agradable sorpresa de que en Suecia, el gobierno de coalición entre socialdemócratas y verdes ha llegado a un acuerdo de cooperación con la alianza opositora formada por cuatro partidos de centro y derecha que ha permitido al premier Stefan Löfven anular el anticipo electoral previsto para marzo. El compromiso que sólo deja fuera a la izquierda radical y a los populistas de derecha, es tan ambicioso que además de la aprobación del presupuesto incluye acuerdos sobre defensa, energía y pensiones y estará en vigor hasta las elecciones de 2022 devolviendo al país la estabilidad rota por el fragmentado Riksdag que surgió de los comicios de septiembre pasado.

La democracia es el gobierno de la mayoría; pero estas mudan y con ellas los gobiernos. Por ese motivo, ganar unas elecciones no supone que los ciudadanos elijan cambiar radicalmente el país y amoldarlo a un programa único, pocas veces leído en su integridad y que debe votarse en conjunto y en todos sus extremos como un paquete cerrado de propuestas siendo imposible que el elector apoye todas y cada una de ellas. Si nuestros políticos solo aspiran a la mayoría absoluta han confundido la democracia con una dictadura renovable a plazo fijo y si son incapaces de llegar a acuerdos con quienes representan al resto de opciones políticas están gobernando sólo para sus electores y no para el país entero.

Y curiosamente, todo esto ocurre en la misma España en la que el generoso pacto de toda la sociedad hizo posible una Transición, con todas sus luces y sombras, eficiente y modélica.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios