LA juez Mercedes Alaya acaba de dejar en libertad a 16 de los 16 detenidos el martes por la mañana. A Manolo Brenes lo detuvo la Guardia Civil en su casa, todo el mundo sabe dónde vive este ex delegado de Educación de Cádiz, está jubilado y se dedica a correr por las mañanas. Corre por Valdelagrana, corre por Arcos, corre en la maratón de Sevilla, pero no corre, ni huye, delante de la Guardia Civil. Eso se había acabado. Para unos y para otros. Ahora, si sospechan, te suelen citar, vas acompañado de abogado, sabes de qué te acusan y, sobre todo, no te interrogan de noche, que es de muy mal gusto. Ni te tienen 24 horas a que te toque el turno. Ahora, si eres culpable, te condenan igual, vas a la cárcel, pagas y si no, te embargan. Esto de la democracia es una cuestión de estilo, de formas.

A Juan Bouza lo detuvo la Guardia Civil a las 7:30 de la mañana cuando esperaba un autobús en Cádiz. Usted, pongamos por caso, se baja del Comes, llega a la plaza de San Juan de Dios y pregunta por Juanito Bouza, y le gente le irá llevando hasta donde dar con él.

Bouza y Brenes son dos de los detenidos por Alaya, de domicilios conocidos y con arraigo. Si la UCO hubiese investigado un poco más antes sobre ellos dos, sabría que son tipos modestos, honestos, aunque un poco sociatas y trabajaron en la Junta, en la Consejería de Empleo. A lo mejor ése es el pecado, pero no el delito. Brenes se ha llevado 48 horas en el calabozo a la espera de que la juez lo interrogase, le hacía falta insulina y los guardias se han portado de maravilla, pero el tipo está destrozado, la esquela de su muerte civil era de las grandes. Bouza tiene más aguante, lo ha vivido como una situación berlanguiana. Y como éstos dos, hay 14 más, todos saben dónde viven. Una hasta se fue del PSOE hace años y otra también está mala.

La juez los podía haber citado, "venga a usted a declarar a los juzgados", o al cuartel, llamados por la UCO, pero no, esta sección de la Guardia Civil y la UDEF, que es de la Policía Nacional, compiten en macrorredadas de agua, siempre salen en libertad todos los detenidos. El caso es liarla, la corrupción hay que perseguirla en todos los frentes, especialmente en el de los focos y las cámaras. Edu 1, Edu 2, el de la costa, el del interior, oye, que parecía que la UCO no hacía nada. Este afán de guerreros del antifaz debía de haber sido calmada por la Fiscalía, que es quien debe velar por las garantías y la proporcionalidad. O por la juez que sigue sumando macrocausas a ver si la dejan en el seis.