GENTE sin casas y casas sin gente podría definir el estado social de un país donde miles de personas viven en la calle mientras existen numerosos de edificios vacíos que se caen a pedazos. Está claro que la 'okupación' no es la solución pero podría resultar incluso comprensible que familias que no encuentran trabajo decidan vulnerar una puerta para sobrevivir. Y, aunque no es justo que residan en una propiedad privada y es de recibo que el propietario exija su expulsión, las administraciones deberían pensar cómo evitar escenas como la vivida ayer en Pinos Puente.

EL Campus de Cartuja se ha quedado desfasado y los problemas de aparcamiento se han convertido en una constante. Y hasta ahí que se han ido las grúas para hacer su agosto mientras los estudiantes demandan más zonas de parking.