Público y privado

maría Escudero

Hay que pactar

COMO era previsible el resultado electoral del domingo ha producido un incierto futuro en la dirección política de numerosas localidades y comunidades autónomas de nuestro país, son muchos los ayuntamientos y gobiernos regionales que están pendientes de pactos para garantizar la gobernabilidad. La ciudadanía ha pedido pactos, diálogo, acuerdos. Lo que no está tan claro es si los partidos, todos, los 'viejos' y los 'nuevos', serán capaces de alcanzar los consensos que se les está reclamando.

El Partido Popular ha perdido dos millones y medio de votos en todo el país y con ello la hegemonía política, en algunos casos de larga duración, en muchas ciudades y autonomías.

De la pérdida de la mayoría absoluta del PP en la ciudad de Granada me alegro, y mucho, porque la ciudad no aguanta más un gobierno ramplón y despótico. Resulta paradójico que el mismo gobierno autoritario, con el mismo alcalde, que durante doce años ha exhibido con soberbia su mayoría absoluta, ahora se vea impelido por mor de la aritmética electoral a pedir apoyo para seguir gobernando.

Los pactos que nos exige la ciudadanía son pactos desde la transparencia y sobre los programas: consensos concretos, acuerdos que sirvan al interés general y no a los tacticismos de cada uno de los posibles pactantes.

El proceso vivido en Andalucía tras las elecciones autonómicas muestra las contradicciones del PP que por un lado pide el apoyo a la lista más votada, sólo cuando es la de ellos, y por otro se niega a facilitar la gobernabilidad en la Junta.

Volviendo a Granada, la pérdida de apoyos del PP en el Ayuntamiento y la Diputación les ha hecho pedir disculpas a Ciudadanos, cuyo representante se había sentido ofendido por la campaña. El citado representante en menos de veinticuatro horas ha pasado de negar posibilidad alguna de acuerdo con el PP, a admitir de forma inmediata -52 minutos dicen los medios que separan las dos notas de prensa- las disculpas ofrecidas por el Sr. Alcalde. El patetismo del ofendido sólo es superado por el perdón del ofensor. Una versión más de arreglo y componendas, en forma de comedieta de salón, que veremos de manera inmediata entre Ciudadanos y PP, buscando coger las riendas de la ciudad por encima de lo que digan los votantes, incluso a pesar de lo que hayan dicho. De hecho no ha habido referencia alguna, de momento, a propuestas, contenidos o programa.

La derrota del PP en la provincia, con la victoria del PSOE y la aparición en la Diputación de Ciudadanos y Podemos, supone un reto para todos, así como que existen cincuenta municipios que requieren de acuerdos para poder ser gobernados.

¿Serán los partidos políticos, todos, capaces de gestionar esta situación y ponerse a trabajar? Ya sea con pactos puntuales con las mayorías simples, con acuerdos concretos cuando haga falta, o con coaliciones o pactos de gobierno desde la corresponsabilidad. La exigencia democrática es sobre transparencia en las formas y en los contenidos, y sobre todo de anteponer las necesidades de la gente a los cálculos electorales de los partidos.

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