Por montera

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Las Cholitas

CONOCEN ustedes a Martha la Alteña y Ángela la Simpática? Yo coincidí con ellas hace un par de días y tengo que dedicarles estas líneas por el grito de libertad que ambas suponen. Se hacen llamar las Cholitas, y son mujeres indígenas bolivianas que andan de gira para reivindicarse. Me cuentan que nacer mujer e indígena en Bolivia supone una carga enorme, casi insalvable, si lo que quieres es tener una vida medio decente. Y me explican que son condenadas al trabajo forzado, a la reclusión, a la venta ambulante en condiciones extremas y a no ser consideradas por nadie. Despreciadas, las mujeres indígenas bolivianas comparten algo con las castas más desfavorecidas de la India, o con los últimos de África, o con los pobres de solemnidad que sobreviven en los países más ricos. Por decirlo de algún modo, pertenecen a aquellos a los que Cristo puso en la parte delantera de la fila para entrar en su Reino.

Los nombres artísticos de estas mujeres, Martha la Alteña y Ángela la Simpática, podrían servir para que Tarantino escribiese su próxima película. Pero detrás de esos apodos se esconden las identidades de Yenni Mamani y Leonor Córdova. Una sufrió racismo: "Los varones no me dejaban hacer lo que yo quería". A la otra, la maltrató el marido: "Y así le di una, y ya no estoy con él, obviamente. El valiente es valiente hasta que el cobarde lo permite". Ante eso, vestidas con los trajes típicos de las indígenas bolivianas, con sus faldas de polleras, ellas rompieron con todo y se echaron a practicar la lucha libre. En un ring. Como lo oyen. Se lanzan una contra otra en una coreografía asombrosa y dan paso a una serie de saltos, golpes, lanzamientos, llaves y embestidas. Se dedican a eso en su país, y alrededor de la lucha se congregan multitudes enfervorizadas.

Siento su fuerza cuando me hablan jadeando después de la actuación: "Hacemos esto para demostrar lo que las mujeres podemos hacer. No hay nada que haga un hombre que no podamos hacer nosotras". Y ya no sé si me están hablando como Martha la Alteña y Ángela la Simpática, o como Yenni Mamani y a Leonor Córdova. Lo más seguro es que sus identidades como luchadoras hayan sustituido a las identidades con las que crecieron y que las aprisionaban. Ellas ya no son las que eran: ahora son libres. Estas mujeres, antaño indefensas, han vencido a quienes las oprimían y se han vencido a sí mismas. Tarantino, date prisa.

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