Editorial

Hay que asumir la deuda bancaria

LA intención de Podemos de pedir una quita de la deuda bancaria de los ayuntamientos al considerar los intereses abusivos ha puesto en evidencia a PP y PSOE, que en una ciudad como Cádiz se oponen frontalmente, como cabía suponer, y que por puro afán partidista han compartido, al menos en gran parte, los planteamientos de los podemitas en municipios como Chiclana. No está de más recordar que el plan de pagos a proveedores que impulsó el Gobierno central durante los años más crudos de la crisis supuso un auténtico balón de oxígeno para los ayuntamientos, en particular los andaluces, con más dificultades financieras. Y sobre todo, para las pequeñas y medianas empresas, que a duras penas lograban capear el temporal, arrastradas en parte por el lastre de la Administración.

Tras obtener el préstamo y agotarse el periodo de carencia, Hacienda ha recordado a los ayuntamientos a través de una carta que ahora toca afrontar la deuda. Y la respuesta de Podemos en Cádiz, secundada por la formación de Pablo Iglesias en otras localidades como Chiclana, ha sorprendido a propios y extraños, ya que sus dirigentes afirman que cumplirán con los pagos pero a la vez pretenden que el Ejecutivo central declare "ilegítima" tanto la deuda contraída con entidades bancarias de los Fondos para la Financiación del Pago a Proveedores como sus intereses. Unos intereses, por cierto, que califican, en su habitual tono populista, como "lesivos y dañosos". En la misma línea, el Ayuntamiento gaditano reclamó al Gobierno de Rajoy una quita parcial de dichos intereses y defendió que las administraciones negocien en adelante directamente con el Banco Central Europeo para evitar que la banca participe del negocio. Como cabía esperar, en un principio la oposición tumbó su iniciativa por ser incoherente y generar inseguridad. Los socialistas de Cádiz recordaron, con criterio, que no pueden anunciar a los bancos que no asumirán sus compromisos a la vez que solicitan un crédito. Pero, dicho esto, lo que ha resultado más sorprendente es que el PSOE, en Chiclana, haya apoyado la propuesta de Podemos por el simple hecho de debilitar al Gobierno central. La incoherencia de los socialistas sólo fue comparable a la de los populares chiclaneros, que llegaron a compartir parte de los argumentos más o menos demagógicos de Podemos porque los tipos de interés, esgrimen, fueron impuestos. Conviene recordar que hay que asumir la deuda en cualquier caso y que a partir de este punto siempre es posible negociar con vistas a cumplir los compromisos adquiridos, de acuerdo también con la banca. Decir que la deuda es ilegítima no sólo es falso, sino que además sería ilegal cualquier planteamiento que pretenda negar la mayor.

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