TENDRÍA yo seis o siete años cuando decidí ser astronauta. La vocación fue efímera. Un día en Sierra Nevada y un mareo que resultó ser mal de altura la frustraron. Entendí que si en Pradollano me ponía tan malito, mejor no me subía a un cohete. Cambié la escafandra por la montera y opté por la tauromaquia y en Semana Santa, paseando con mis padres por Bib-Rambla, vi en un escaparate un precioso traje de torero con su capote de grana y oro, su muleta, su par de banderillas con arponcillos de goma y su estoque de plástico. Costaba doscientas pesetas. Cuarenta duros. Me registré los bolsillos; nada. Lo normal. Así que pensé: en la hucha lo mismo hay diez duros de cuando fuimos al Tivoli, si mis padres me suben la paga un duro, los abuelos me dan, porque me quieren, otros veinte duros y monto una rifa en el colegio, me compro el traje de torero para mayo y debuto en el Corpus.

Pero en la hucha había tres duros. No me subieron la paga. Los abuelos me regalaron dos besos y unas risas y en el colegio me dijeron que me dejara de pamplinas. Así que se lo pedí a los Reyes que, esos sí, cumplieron como es costumbre y el seis de enero yo lucía de torero y mi hermano de futbolista del Granada CF el año que Porta fue Pichichi.

Me ha venido a la memoria mi plan de financiación taurina tras leer la propuesta económica de Podemos titulada, sin sorpresas, Un proyecto económico para la gente. Quieren gastarse 96 mil millones de euros más al año, dos tercios en gasto social o clientelar -elija cada uno el adjetivo- y otro en inversión, que siendo pública suele ser más gasto. Con dinero no habría problema. Pero como no hay ¿qué proponen? Pues algo así como mi plan para comprarme los avíos de torear; 12 mil millones de lucha contra el fraude que son como los diez duros de la hucha; 28 mil subiendo impuestos -a esto dijeron mis padres que no-; 26 mil más por retrasar el cumplimiento del déficit acordado con la UE que, como mis abuelos, nos quieren mucho pero no van a soltar ni un euro y otros 30 mil por el crecimiento expansivo que van a generar sus medidas. Les recuerdo que yo no pude montar la rifa, que si me dejan hacerlo... debuto en Corpus.

A Pablo Iglesias le va a pasar lo mismo. Como ya se cree vicepresidente del gobierno, el mal de altura ha debido provocarle algún mareo mientras preparaba las cuentas del estado. Mejor que escriba una carta a los Reyes Magos. Se lo digo por experiencia.