CON 19 años de presencia que se cumplen hoy en la ciudad de la Alhambra desde que el organigrama del Ejército de Tierra refundiese la antigua Capitanía General, la primera de España, en el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC), este centro militar con sede de Estado que nuclea el futuro de los conflictos para el siglo XXI, mantiene sus estrategias y tácticas militares consolidándose como el principal puntal para afrontar los retos militares dentro del presente mundo en profundos cambios que deja entrever riesgos e inseguridades continentales.

Granada, capital histórica de generales de distintas civilizaciones que a lo largo de los siglos han configurado la antigua Urbs Grantensis dotándola de dos ciudades en una, de dos alcazabas singulares, de un tupido carrusel de elevadas torres y murallas que la embellecen, mantiene al MADOC como un centro de referencia militar a la altura de su rico pasado castrense. La Ciudad de los Cármenes que no padece los males urbanos de las megaciudades de nuestro tiempo es una excelente ciudad para desarrollar trabajos que están necesitados de mantener al estrés fuera de sus centros de enseñanza que, a su vez, se reparten por todo el país al ser el Ejército de Tierra el que más unidades aporta al conjunto de las Fuerzas Armadas.

En estos 19 años por el MADOC han desfilado importantes autoridades militares que con rango de teniente general han mantenido una actividad profesional relevante y que, una vez que han desarrollado su misión y sintiendo su deber cumplido, han pasado unos a la reserva al cumplir sus años de servicio y otros a misiones que han completado su formación. Baste recordar a algunos de ellos, como el teniente general Manuel Bretón o a su sucesor Francisco Puentes Zamora que cedió la Casa de Mando en la placeta de San Juan de la Cruz a Alfredo Ramírez Fernández, hoy jefe del Eurocuerpo de ejércitos con sede en Bruselas. En la actualidad y con un año al frente el jefe del MADOC es José Carrasco Gabaldón, un teniente general con una hoja de servicios tan excelente como envidiable que forja un paso más en la consolidación de la profesión militar con un liderazgo siempre al servicio de la democracia.

Cada jefe del MADOC ha ido abriendo nuevas relaciones con los distintos grupos ciudadanos granadinos, estableciendo con ello puentes muy útiles dentro de las relaciones civiles con la profesión militar. Son múltiples estas relaciones que no sólo abordan las propias entre las instituciones locales, provinciales, autonómicas y nacionales, sino que también ampliaron sus conexiones con asociaciones y colectivos profesionales y sociales de variadas disciplinas y servicios a la comunidad. En el campo de la enseñanza destaca el acuerdo que el MADOC mantiene con la Universidad de Granada donde se trabaja en común para la formación universitaria de sus oficiales encontrando con ello un alto nivel de aprendizaje que sitúa a ambas instituciones dentro del marco común del conocimiento. Y también en las tradiciones de nuestra ciudad donde como invitado el MADOC participa y colabora en los diferentes actos que mueven los hilos de la convivencia ciudadana. Y como no en la común cultura española que emana de la Granada universal hermanándose con su patrón común a la hora de elaborar actos periódicos donde poesía, música o literatura confortan también a la profesión militar con las demás profesiones civiles. Así colectivos de periodistas, abogados, organizaciones solidarias de apoyo a las capas más desfavorecidas o al propio Banco de Alimentos durante estos últimos años han pasado por el claustro y patio de la antigua Capitanía General granadina participando en los actos culturales que el mes de mayo, el mes de las Fuerzas Armadas, ha organizado el MADOC para estrechar lazos con la ciudad a la que sirve y en donde trabaja.

Durante 19 años el MADOC, en su día ese gran desconocido, ya nos ha ido abriendo su ser adaptándose a la ciudad que lo guarda y afianzándose como una referencia de Estado frente al hecho convulso que le ocasionó a Granada la desaparición de su antigua Capitanía General dentro de la desaparecida IX Región Militar que agrupaba a los territorios históricos del Reino de Granada y a la propia ciudad como capital de la Alta Andalucía. Con este rango militar el MADOC hoy continúa la senda de su primer capitán general Iñigo López de Mendoza, del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba y de tantos otros grandes genios militares, como el propio general Prim, que ocuparon el mando en el histórico edificio inserto en el Realejo y que se abre a la calle de San Matías.

Hoy el cumpleaños del MADOC no es un cumpleaños más sino una efeméride que destaca en su misión presente como un centro de enseñanza, análisis y estudios de toda las disciplinas militares que tienden a garantizarle a los españoles un nivel de seguridad nacional propio del presente milenio donde los conflictos y choques bélicos alcanzan niveles de desarrollo impensables para el pasado siglo XX. Hoy las guerras dejaron de ser convencionales para mutar en conflictos asimétricos donde las viejas tácticas y estrategias militares no son válidas para afrontarlos con la eficacia que merecen. Por eso existe el MADOC y que esté instalado en nuestra ciudad es enormemente positivo para Granada y no sólo por su rico pasado militar en toda las civilizaciones que hicieron de nuestra ciudad una capital para los libros de la historia de oriente y occidente, sino también para el inmediato futuro que, como ustedes sabrán, nunca enseña sus cartas hasta que se convierte en presente.