Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Jaque mate

EL PSOE va a ser el pagano de estas reelecciones. Mientras que a Mariano Rajoy le ha salido sorprendentemente bien la estrategia del muertecito -flotar, en vez de nadar, sobre las aguas turbulentas- y Pablo Iglesias es salvado a ultimísima hora por el Séptimo de Caballería de Julio Anguita y Alberto Garzón, Pedro Sánchez se enfrenta a un resultado peor y al peligro de ser adelantado por los podemitas. Queda Albert Rivera, al que también le espera un resultado incierto. Cuentan que Pedro Sánchez se siente engañado por Pablo Iglesias, y es posible, porque el secretario general del PSOE y su comité federal debían de haber impedido, por interés propio, esta repetición electoral al saber que Podemos se iba a aliar con IU. Craso error, los socialistas se han empantanado en una jugada donde ellos se habían impuesto la prohibición de dos movimientos y les va a llevar, ya en verano, a un autojaque mate.

La visita de Albert Rivera a Venezuela ha confirmado algo que hemos visto en estos cuatro meses, pero que ya es rotundo: Ciudadanos y Podemos son incompatibles, el líder naranja ha olido la putrefacción del régimen que Iglesias, Monedero, Montero y Bescansa ayudaron a construir. Por tanto, no cabe más apelaciones de Pedro Sánchez a las fuerzas del cambio. Para gobernar, se tendría que apoyar en Ciudadanos o en Podemos, nunca en ambos. Como los naranjas no dan, la única opción de Gobierno de Sánchez es Podemos. No hay más. En la medida que la suma de ambos se aproxime a los 170 escaños, siempre se podría pactar con el PNV. Cabe decir lo mismo del otro polo, el de PP y Ciudadanos.

De este modo, vamos a tener dos bloques muy definidos, los que se corresponden con derecha e izquierda: de un lado, la suma de diputados de PP y Ciudadanos, y de otro, la de PSOE y Podemos. Aquel que obtenga una suma más alta, será quien gobierne. No habrá unas terceras elecciones. Pero en la medida que Podemos se acerque al PSOE, Pedro Sánchez tendrá que ceder ante Pablo Iglesias en todo lo que estuvo dispuesto en abril, y algunos huevos duros más: será vicepresidente y tendría que negociar un sucedáneo del referéndum de autodeterminación. Esto convierte en muy dificultosa la alternativa de izquierdas, que además tiene otra variante, la del sorpasso, que la invalidaría al retirarse el PSOE por bloqueo. Sería entonces cuando los socialistas tendrían que replantearse la abstención ante el PP. El riesgo de unas terceras elecciones sería el argumento.

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