EL 'Brexit' ha triunfado en un referéndum que quizás no debería haberse realizado nunca. Se abre así un periodo de enorme incertidumbre para el conjunto de la UE.
En estos tiempos de dificultades y contradicciones, la política debe estar más que nunca al servicio de la solución de los problemas y no orientada a la generación de nuevos problemas o de incertidumbre para la sociedad.
Este asunto del 'Brexit' abrirá una nueva etapa en la historia de la UE y solo el paso del tiempo podrá ofrecer una adecuada perspectiva; dicho esto, y tomándome la licencia de especular con las consecuencias de esta decisión de los ciudadanos del Reino Unido, me atrevo a aventurar que es muy probable que haya un periodo de convulsión en la economía de ese país y de la propia UE.
Convulsión derivada de la incertidumbre que inundará el panorama político y económico europeo y que requerirá de importantes dosis de liderazgo político para que la situación pueda ser superada sin efectos negativos en las familias y las personas.
Muchas son las razones que han motivado a la ciudadanía británica optar finalmente de manera mayoritaria por abandonar la UE pero, sin duda, habrá que iniciar una profunda reflexión sobre cómo reorientar a esta Europa que tantas insatisfacciones está dando al conjunto de la ciudadanía.
En las próximas semanas este asunto va a ser uno de los temas de actualidad y de preocupación. A mí personalmente me parece que son varias las lecciones que deben de extraerse. Una, que un referéndum convocado de esta forma sin tener garantías de que se va a encontrar el respaldo a la posición de quién lo convoca, puede ser un gran error. Otra, que la incertidumbre forma parte del panorama político y económico desde hace ya tiempo y que, quizás, la incertidumbre ha venido para quedarse durante un largo periodo.
En este contexto, necesitamos gobiernos con liderazgos sólidos y fuertes porque lo contrario trae la desazón y sobre todo, el fracaso de los proyectos colectivos. Y en estos tiempos, los proyectos colectivos que sumen son la clave para un futuro mejor.
Aventuras que aíslen y dividan, auguran incertidumbre y fracaso. Por eso, mañana día 26 cuando usted vaya a votar, piense también en la Europa que quiere porque su voto tiene influencia en el futuro de Europa que es, a fin de cuentas, el futuro de todos y de todas.
Necesitamos políticas capaces de saber gestionar la incertidumbre y no que la incrementen. Cameron ha cometido un error que el tiempo quizás torne imperdonable.
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