EN estas fechas en las que muchos están ya practicando el relaxing cup, el único consuelo a mi avidez de conocimiento me lo proporciona Manuela Carmena, que, desde que es primer edil de la capital de España, me ha regalado momentazos únicos de felicidad periodística sólo comparables a los apoteósicos de Zapatero, Leire Pajín o Bibiana Aído.

Y es que la última ocurrencia de Doña Manuela -que cobra 101.001 euros al año mientras Rajoy sólo 78.967 euros- y su estrafalaria troupe, en la línea del desgobierno al que tiene acostumbrados a los madrileños, ha sido la elaboración por el Comisionado de la Memoria Histórica de un listado de 27 vías públicas con nombres presuntamente franquistas que van a ser rebautizadas con denominaciones afines al otro bando.

Desde que el Pleno municipal dé su visto bueno con los votos de Ahora Madrid y PSOE, los taxistas, carteros, repartidores y vecinos de las calles de las marras van a tener que aprenderse los nuevos nombres de la plaza de Arriba España (plaza de la Charca Verde), calle del General Millán Astray (avenida de la Inteligencia), avenida del Arco de la Victoria (avenida de la Memoria), paseo del General Muñoz Grandes (paseo de Marcelino Camacho), plaza del poeta y periodista Juan Pujol (calle de Corpus Barga), pasaje del General Mola (pasaje del General Baldomero Espartero), calle del General Moscardó (calle de Edgar Neville), calle de los Caídos de la División Azul (calle de Mercedes Fórmica), calle del Primero de Octubre (calle de Julián Besteiro), calle del Capitán Cortés (calle de Manuel Chaves Nogales), y así, salvo algunas excepciones, hasta 27 anarquistas, republicanos y exiliados variados por la guerra civil. Eso sí, el único militar que aparecerá, además de Espartero -príncipe de Vergara-, que fue uno de los políticos españoles más populares del siglo XIX, será el de la calle del Teniente Castillo (hasta ahora de Eduardo Aunós), prácticamente sólo conocido por los "memoriers" y evidentemente militar del bando republicano.

Además, se eliminarán "vestigios de exaltación franquista" como la lápida de José García Vara, el monolito al Alférez Provisional, la lápida a los Caídos de Chamartín de la Rosa o el monumento a los mártires de la Sacramental de San Isidro. En fin, que la memoria histórica consiste en cambiar los nombres de los de un bando por los del otro…

Y es que para ser realmente justos habría que quitar igualmente los nombres de las calles que se refieren a los contendientes del bando republicano, que también -recuerda Carmena- llevaban armas y mataban… Pero lo importante es canonizar al personal con una visión sesgada y absolutamente tendenciosa de la dichosa guerra civil, que lo único que genera es más polémica y confrontación después de 80 años. No es por tanto de extrañar que la podemita Rita Maestre, portavoz de su Ayuntamiento, gritara semidesnuda en la capilla de la Complutense, arderéis como en el 36…

Las nuevas generaciones estamos cansadas de tanto revanchismo, y lo dice alguien cuyo tío abuelo fue militar republicano fusilado por las tropas franquistas… En fin, Carmena…, y ¿dónde queda la avenida de la idiocia…?