MUY pronto, los granadinos reaccionaremos a la vista del AVE igual que los parisinos que abandonaron corriendo y entre gritos el Salon Indien del Gran Café del Boulevard des Capucines, al ver la Llegada de un tren a la estación que proyectaban los Hermanos Lumière. Durante el siglo XIX, el ferrocarril fue signo de progreso y con cada tramo de vía avanzaba el desarrollo económico de un país que carecía de transporte fluvial y en el que los caminos no permitían el desarrollo del comercio, lastrado por el caciquismo de los gobiernos, el conflicto permanente, la ausencia de una aristocracia inversora y la ceguera de los políticos. El tren llegó a Granada en 1874 y lo hizo con la Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Málaga que el año siguiente, lastrada por el ruinoso resultado del ramal de Bobadilla a Granada, se fusionó con la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. En 1904, la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España nos unía a Moreda y al centro de la península e inauguraba la Estación del Sur. Dos estaciones para una ciudad mediana hasta que en 1929 los Ferrocarriles Andaluces absorbieron a los del Sur. Después, en 1936, el estado hubo de nacionalizar a la empresa en quiebra y ya en 1941, con la creación de Renfe, todas las compañías, públicas y privadas, pasaron a control del estado. Y así, hasta hoy.

Granada carece de una conexión ferroviaria de calidad desde hace muchos años. Por eso me sorprende esta cruzada política para que el ferrocarril, tras 500 días de vergonzoso aislamiento, vuelva a la ciudad. ¿Cuándo han exigido los líderes provinciales de PSOE y PP a los gobiernos de sus partidos que el tren no fuera para los granadinos un recuerdo en blanco y negro? ¿Cuántas veces un diputado o un senador por Granada ha levantado la voz en Madrid? Me temo que ninguna. ¿Dónde estaban durante estos años? Supongo que medrando o de vacaciones.

Es claro que Granada no puede carecer de conexión ferroviaria pero también lo es que el tren no nos va a convertir por ensalmo en un foco de riqueza como no lo han hecho las autovías que hoy nos permiten viajar cómodamente por carretera hacia todos los puntos cardinales. Granada, además de infraestructuras, necesita líderes políticos y empresariales. Inversores más que solicitantes de subvenciones. En caso contrario, dará igual que llegue el AVE o lo haga El Consorcio cantando "que gusto da viajar cuando se va en exprés".

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