El balcón

Ignacio / Martínez

Mejor Europa

NUEVA mercadotecnia, modernos mapas políticos y viejos problemas sin resolver. La situación europea actual ha sido definida como crítica por la canciller Merkel: pendientes del divorcio con los británicos, sin salir todavía de la recesión y con la política de inmigración en entredicho. Frente a la propaganda de Bruselas, que vende una mejor Europa, los populismos siguen su marcha ascendente. Sus últimos éxitos se han producido en Alemania. La CDU, la única democracia cristiana que sigue siendo eje central en la política de su país, ha sufrido retrocesos a manos de un partido nuevo, en mutación.

Alternativa para Alemania fue fundado hace tres años por un grupo de moderados euroescépticos, contrarios al euro, formado por profesores de universidad, economistas, periodistas, políticos y ejecutivos de empresa. Entre ellos estaba el presidente de la Federación de Industrias de Alemania. Hoy el grupo fundador ha sido apartado por una tropa de ilustres desconocidos, de difícil clasificación, que está cosechando buenos resultados con un discurso populista y xenófobo. Hace tres semanas superaron a la CDU en el distrito electoral de Angela Merkel, Mecklemburgo-Anteporemania, en el noreste, y han tenido un magnífico resultado en Berlín el domingo pasado.

Se habla mucho de la crisis de la socialdemocracia en Europa, de su falta de imaginación y alternativas. Pero la misma suerte está corriendo la democracia cristiana, la otra gran familia fundadora de la UE. Los resultados de Alemania desequilibran a la CDU en el único país -a excepción de Luxemburgo- en el que la DC está al frente del Gobierno. Dejaron de ser decisivos en Bélgica y Holanda. Y han desaparecido en Italia.

La cumbre de Bratislava de la semana pasada ha desfilado sin pena ni gloria por los medios de comunicación. Europa ha cambiado la cantidad por la calidad en los discursos. En vez de pregonar más Europa ahora se aspira a una mejor Europa. Un eslogan. Nadie ha protestado en voz alta, salvo el italiano Renzi, de que se enterrase allí la política de cuotas de refugiados por países.

Los populistas que gobiernan Polonia, Hungría y Eslovaquia ganan la partida. Por ese lado, ni más ni mejor UE. Tampoco ni una palabra sobre economía o relanzamiento presupuestario. Por ese costado, cero. Sólo la difusa idea de que hay que avanzar en el control de fronteras y en la cooperación de los servicios secretos. Seguridad y defensa. Los fuegos artificiales se dejan para la cumbre de primavera que celebrará el 60 aniversario del Tratado de Roma. Entretanto, retórica; más y mejor retórica.

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