ESPAÑA debe de ser uno de los pocos lugares del mundo donde alguien se puede plantear como una hipótesis razonable -y peor aún, factible- un Gobierno apoyado por grupos políticos que pretenden declarar la independencia unilateral de un territorio. Repaso mis nociones de historia y busco ayuda en el solícito señor Google y la docta señora Wikipedia, pero no encuentro ningún caso de gobierno nacional apoyado por grupos independentistas. Ni siquiera en Turkmenistán -esté donde esté el Turkmenistán- se ha producido nunca un caso así.

Pero en España todo es distinto. Un sector del PSOE -el menos ilustrado, el más sentimentaloide- y un partido con cinco millones de votantes (Podemos) no ven nada raro en pactar un Gobierno con grupos políticos que se han saltado todas las normas legales y que están a punto de proclamar una independencia unilateral. ¿Qué clase de Gobierno sería ése? ¿Y qué leyes estaría en condiciones de dictar? ¿Y cuál sería su fortaleza, si en cualquier momento se hallaría a merced de quienes sólo buscan el debilitamiento del Estado para salirse con la suya? Es increíble que a alguien se le pueda pasar por la cabeza que esa hipótesis sea no sólo posible, sino deseable como fórmula "progresista", cuando no hay nada más reaccionario que la independencia de una región rica que se niega a pagar impuestos (y que además significaría desmantelar el Estado y poner en grave peligro la Hacienda pública y la Seguridad Social). Es inaudito, es impensable, pero aquí ocurre con toda naturalidad. Y encima se considera "progresista" y "avanzado". Santo Dios, lo que hay que oír.

Llevo mucho tiempo sin entender la incomprensible fascinación que cierta izquierda siente por el nacionalismo catalán y vasco (y gallego), al que aplica los criterios marxistas del derecho de autodeterminación que tenían sentido hace cien años para territorios sometidos a una ocupación ilegítima, pero no para territorios en los que están vigentes todos los derechos de una sociedad democrática. No hay ningún Estado en el mundo que permita la autodeterminación de sus territorios, con la excepción de Gran Bretaña y Canadá, que tienen complejas razones legales e históricas para hacerlo. Pero aun así, mucha gente seguirá creyendo que lo progresista es un acuerdo que incluya a los independentistas. Asombroso.