Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

La SGAE, inquisición intelectual

LO que nos faltaba en este caluroso agosto es sufrir a la SGAE ejerciendo de Inquisidora General del Reino a lo siglo XXI, esto es, sin quemar a la gente en la hoguera pero crujiéndole el bolsillo a todo aquel que ose tener iniciativa intelectual, ideológica o cultural alguna sin pasar previamente por caja. Este es el caso de Fuenteovejuna (Córdoba), Zalamea de la Serena (Badajoz) y Olmedo (Valladolid), que como todos los años han tenido la feliz idea de representar las obras teatrales que los hicieron inmortales, pero sin contar con que semejante Sociedad se encontraba al acecho.

Si Lope de Vega y Calderón de la Barca levantaran la cabeza probablemente cambiarían el argumento de sus excelsos dramas y, sin duda, la SGAE sería el Comendador Fernán Gómez de Guzmán en Fuenteovejuna, el traicionero Don Rodrigo en El Caballero de Olmedo, ambas de Lope, o el malvado capitán Don Álvaro de Ataide en El Alcalde de Zalamea de Calderón. Y es que la SGAE ha decidido llevar a la práctica su ya anunciada labor inquisitorial en estos tres ilustres municipios de nuestra geografía exigiéndoles la friolera de 31.987 euros a Fuenteovejuna, 24.000 euros a Zalamea y 1.200 euros a Olmedo, a modo de impuesto revolucionario de esta neocultura progre que nos invade, por osar representar las tres ilustres obras teatrales.

Pero estos buitres recaudadores que cobran hasta por las bodas, y que ya pretendieron cobrar en Fuente del Maestre (Badajoz) por un concierto destinado a recaudar ayuda económica para los campamentos de refugiados saharauis y que también tuvieron que devolver los 5.629 euros rapiñados a la familia del pequeño Juanma -enfermo con el síndrome de Alexander-, ayudada por un concierto benéfico de Bisbal, olvidan que Fuenteovejuna se viene representando en la localidad desde 1935 y El Alcalde de Zalamea desde 1994, cuando ellos ni tan siquiera eran un proyecto ni la pseudoprogresía de la zeja había todavía desembarcado como intelectualidad del régimen. Además parecen no contar con el talante levantisco de los ilipenses y los mellarienses, dispuestos a luchar contra las injusticias sociales y a tomarse la justicia por su mano si es menester; así Javier Paredes (PSOE) actual alcalde de Zalamea, como un nuevo Pedro Crespo, pretende luchar junto a su pueblo contra el atraco de la SGAE, al igual que Isabel Cabezas (PP) en Fuente Obejuna. Y es que pagar porque los vecinos representen gratuitamente obras universales de hace cuatro siglos no parece de recibo, ni siquiera aunque la de Zalamea sea adaptada, obras además en las que aquéllos se sienten identificados con su pasado y sus raíces. En fin, que con esta nueva Inquisición a este paso o nos quedamos sin cultura popular o habrá que esperar a que el Juez pregunte: ¿Quién mató a la SGAE? Fuenteovejuna, Señor ¿Quién es Fuenteovejuna? Todos a una, Señor.

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