En el recuerdo

Cristina Moya García

El medievalismo, de luto por la muerte de Alan Deyermond

HACE un mes, el pasado 19 de septiembre, nos dejaba el profesor Alan Deyermond. Con su muerte, el hispanismo ha perdido a una de sus figuras más destacadas y carismáticas. Magnífico investigador y excelente profesor, Deyermond ha sido un maestro de maestros que siempre ha destacado por su enorme humanidad.

Nació en El Cairo en 1932, donde estaba destinado su padre, militar británico. Años después se formó en Oxford, donde conoció a Peter Rusell, que se convertiría en su maestro. Pronto se sintió atraído por la literatura medieval española, a la que ha estado consagrado en cuerpo y alma y a la que ha dedicado toda su vida. Sus trabajos, absolutamente imprescindibles dentro del medievalismo, abarcan gran cantidad de temas y materias. Se ocupó tanto de la poesía popular, como de la épica -con especial atención al Poema de Mio Cid-, del Libro de Buen Amor, de la literatura perdida de la Edad Media española o de la Celestina. Obra de obligatoria lectura y querida por cualquier estudiante de filología española es el primer tomo de la Historia de la literatura española de Ariel.

El profesor Deyermond desarrolló su carrera académica, de más de cincuenta años, en el Departamento de Estudios Hispánicos de Westfield College, convertido en Queen Mary, University of London. Comenzó su andadura universitaria en 1953 como Assistant Lecturer, fue Lecturer en 1958, Reader en 1966 y Professor desde 1969 hasta 1997, año en el que se jubiló. En 1967 fundó el Medieval Hispanic Research Seminar, uno de los seminarios de literatura medieval española más prestigiosos del mundo, que ha servido de plataforma a numerosos investigadores para dar a conocer sus estudios. Igualmente, fue el fundador y el editor general de los Papers of the Medieval Hispanic Research Seminar, una colección de libros cuya andadura comenzó en 1995 y que a día de hoy está formada por más de sesenta volúmenes que incluyen monografías, ediciones de obras medievales y colecciones de artículos.

Numerosos premios y reconocimientos dan muestra de su importancia dentro de las Humanidades: Premio Internacional Elio Antonio de Nebrija (1994), Doctor Honoris Causa por las Universidades de Georgetown y Valencia, miembro de la British Academy, de la Medieval Academy of America, y miembro correspondiente de la Real Academia Española, entre otros. Su muerte ha impedido que recibiese el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Granada.

Pero si Alan Deyermond es una de las grandes figuras de la moderna filología por su brillante carrera universitaria y por su riquísima e imprescindible producción intelectual, mayor aún era su humanidad. Pocas veces la muerte de un maestro ha sido tan llorada y lamentada, y es que el profesor Deyermond era una persona enormemente generosa, humilde, bondadosa y amable. Especial devoción sentía por los que comenzaban su andadura académica, ya que él siempre fue consciente, y así lo manifestaba, de que tenía la obligación moral de ayudar a los jóvenes filólogos. Sin duda, Alan Deyermond es un modelo de profesor universitario y de persona, un maestro sabio y cercano que sabía transmitir su amor por la Filología.

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