Pasarela

Raphael: "En mi diccionario no existe la palabra retiro"

  • 'Te llevo en el corazón' es la nueva aventura profesional de este artista incansable que afronta un repertorio de tangos, rancheras y boleros con el que vuelve a demostrar su indiscutible liderazgo musical.

Tangos, boleros y rancheras constituyen la nueva apuesta de Raphael cuya vida, siempre de actualidad, acaba de ser objeto de una miniserie de televisión donde se ha podido comprobar la entrega absoluta que, el cantante, tiene hacia su trabajo. Ilusionado como si fuera su primer disco, el aún conocido como "niño de Linares", mantiene ese brillo de la infancia en unos ojos que prefieren mirar un presente y un futuro lleno de nuevos proyectos como ese musical con el que, pronto, desea meterse en la piel de Cyrano de Bergerac. Antes, nuestro entrevistado tiene por delante la promoción de Te llevo en el corazón y una gira mundial de la que ha querido, junto a otras muchas cuestiones, hablar, en exclusiva, para los lectores de este periódico.

-Presenta un pequeño homenaje a una música, la hispanoamericana, que ha llevado en su repertorio desde el comienzo de su trayectoria, ¿no?

-Sí pero, el tango, por ejemplo, es algo totalmente nuevo y me tiene subyugado. Soy un gran admirador de ese estilo desde mucho atrás aunque, tal vez, le tenía demasiado respeto. Me pasa igual que con el flamenco que, como tiene sus puristas, hace que te lo pienses. Sea como sea, no entiendo cómo no lo había hecho antes porque se me da de lo más (risas). Necesitaba ver la cara de los instrumentistas y, por eso, he vuelto a la forma de grabar de mis orígenes. Fui a Buenos Aires, a México y también estuve en Madrid con los músicos delante de mí. De ahora en adelante, repetiré esta técnica. En tiempos de crisis hay que darle calidad al público.

-Defina, en breves palabras, cada uno de estos géneros…

-Pues el bolero es el romanticismo, la ranchera la bravura y, el tango, lo más pasional.

-¿Cuál es más Raphael?

-Yo soy el intérprete que se convierte, en cada momento, en lo que la canción quiere que sea.

-¿Encuentra mucha diferencia entre sus seguidores de aquí y los que tiene al otro lado del charco?

-No. De hecho, hay muchos puntos de conexión entre nuestras melodías populares. Antiguamente se comentaba: "Voy al extranjero". Hoy no pasa eso porque vas a México o Escocia como si fuera Madrid-Barcelona. No notas que estás fuera porque está todo globalizado.

-¿Cómo es su relación con esos admiradores que le mencionaba?

-Muy buena y muy cercana. Ten en cuenta que siempre hay un momento en la historia de cada uno de nosotros que pasa por Raphael. Pertenezco un poco a cada persona. Eso, para mí, es una alegría.

-¿Quién es su mayor crítico?

-Me temo que soy yo. El más feroz. Sin embargo, hasta las cosas que no han estado bien del todo, me han servido para estar mejor.

-¿Usted mismo es quien se pone los pies en la tierra?

-Sí. Tengo los pies en la tierra desde los once años. Soy Tauro con lo que, imagínate… Y luego, aunque no haga falta en este sentido, está la familia.

-Acabamos de conocer bastante más de su vida en la serie que Antena 3 ha realizado… ¿Satisfecho con el resultado?

-Tenía mi consentimiento desde el instante en el que leí el guión (a pesar de que estuve a punto de decir que no porque me parece que eso se le hace a quien está retirado o se ha muerto y yo estoy demasiado vigente aún). Por otro lado querían hacer un musical sobre mí y también comenté que, actuando en el teatro de enfrente, ¿qué sentido tenía? En cuanto a la serie, consideré que se trataba de una ventana abierta a la donación de órganos. Mi problema se solucionó con eso y, aunque España, en este sentido, esté en un buen lugar, debemos seguir colaborando para que otros puedan tener una nueva oportunidad para seguir adelante.

-Pero ha confesado incluso lo que supuso su adicción a la bebida…

-Verás, yo jamás había bebido. Nunca he sido de eso y, lo que tuve, no se originó por el alcohol. Había una hepatitis que, eso sí, se agravó por tomar lo que no debía pero, cuando ahora abro el dichoso minibar, sólo lo hago para coger agua.

-¿No le da la sensación de que, su trabajo, le ha dado mucho pero, a la vez, le ha quitado demasiado?

-No. Hago lo que me apetece hacer aunque, en general, a destiempo del resto. Así, si voy al cine, lo hago en horarios en los que hay menos gente pero soy una persona normal y corriente.

-¿Morirá con las botas puestas?

-No creo pero tampoco lo sé. Esto puede durar diez, quince años… Depende de que una mañana me levante, me diga "hasta aquí" y me vaya de vacaciones. Me ocurrirá cuando no me sienta en plenitud de mis facultades y, desde luego, no será definitivo. En mi diccionario, no existe la palabra retiro puesto que, aunque salga de escena, seguro que será por un ratito…

-Tomada esa decisión, ¿qué le gustaría quedase de Raphael?

-Mi honradez en el escenario. Mi pundonor. Con eso sería bastante pero tampoco las tengo todas conmigo de que vaya a ser tan recordado… El balance de estos cincuenta años es impresionante pero te confieso que, la situación, nunca ha sido tan buena como lo está siendo en la actualidad.

-¿Proyectos?

-Muchos. Voy a ir a México, a Argentina, a Chile… Lo primero es en Roquetas de Mar, el 25 de noviembre. Después estaré en la Gran Vía de Madrid, me marcharé a América y, en junio de 2012, regresaré a España. Luego, seguramente haré algo de televisión y me pondré manos a la obra con la obra musical de Cyrano que, por una razón u otra, he ido aplazando demasiado.

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