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Dos años de la cerveza artesana de Motril

  • Para celebrarlo, sus creadores anunciaron que sacan al mercado su segundo producto: una rubia suave

En los programas de cocina, que tan de moda están, se suele decir que en el producto gastronómico influye la personalidad de sus creadores, así como su idea global acerca de la manera de hacerlo. Si esto ocurre con un plato, cuando se trata de algo más complejo, como elaborar unos 1.600 litros al mes de una bebida, a pesar de que la parte química sea importante, la filosofía de sus creadores imprime un carácter decisivo al resultado final.

Así, la cerveza Vega, que viene a ampliar el rico espectro gastronómico de Motril y la Costa, tiene unos componentes que se ven y otros que no, pero que se aprecian. Entre los materiales, los productos autóctonos que emplean en su fabricación: malta de cebada, lúpulo y agua de Sierra Nevada son los ingredientes que, cuidadosamente seleccionados, forman su base, que culmina con un toque de azúcar de caña que proporciona un color, sabor y aroma característicos.

Además, esta cerveza recupera los métodos tradicionales de elaboración mediante un proceso artesanal con ingredientes 100% naturales que otorgan un carácter único al contenido de cada botella y libre de transgénicos. El proceso de elaboración finaliza con una segunda fermentación en el propio envase, con el que consiguen el gas de forma natural.

En la composición 'intangible' de esta bebida motrileña se encuentra la filosofía de sus creadores: Antonio Ruiz, Miguel Cabanillas, Miguel Rubiño y Yeray Castro. Estos comenzaron su andadura en 2013 con un proyecto de autoempleo iniciado por ocho jóvenes (en la actualidad sólo quedan cuatro) que, "asfixiados por la crisis y motivados por las ideas de autogestión, soberanía alimentaria, economía social, consumo y producción local y transformación social", se animaron a investigar cómo hacer cerveza. Esta aventura salió del seno del Centro Social Autogestionado La Fabriquilla de Ideas y, tal y como comentan sus impulsores, tiene "un fuerte compromiso social y medioambiental formando parte de la economía social y alternativa".

Así nació su primer producto, pues tuvieron en cuenta el nicho de mercado que existía: "las cervezas artesanales están funcionando muy bien en Cataluña, y aquí no había ninguna", señala Ruiz.

De eso hace ya dos años y el pasado sábado por la noche, en el Ágora Café donde tuvo lugar una jam session de músicos motrileños, quisieron celebrar ese segundo aniversario de vida de su cerveza, anunciando el nacimiento de una 'hermana': Vega Almíl, una rubia suave, con la que pretenden conquistar todos los paladares y llegar a un público más amplio que su antecesora, una tostada con carácter.

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