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Javier Cano, rejón de oro al espectáculo

  • El portugués Paulo Jorge Santos consiguió el de plata como segundo clasificado en el certamen de rejoneo

GANADERÍA: Se lidiaron cuatro novillos y dos toros de Los Millares, segundo y quinto para recortadores. Bien presentados en general y manejables. El primero desrazado y al sexto se le dio la vuelta al ruedo. REJONEADORES: Paulo Jorge Santos, Oreja y dos orejas; Javier Cano, Oreja y dos orejas y rabo. Incidencias: Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Japón. La plaza cubierta registró un lleno de "no hay billetes", en una tarde agradable.

Casi de apoteósica podemos calificar la final del V Certamen de Rejoneo Canal Sur Televisión, y no tanto por su nivel artístico, como por su enorme éxito entre los aficionados al arte de la jineta, que ayer llenaron el Coliseo de Atarfe.

El rejoneador jiennense Javier Cano, con sus 43,5 puntos, consiguió el rejón de oro que premia al triunfador de cada edición, y como añadido también se le hizo la entrega de la potra Siesta, regalada por Leonardo Hernández, que era el padrino del certamen este año. En segundo lugar, y con 42 puntos, se clasificó Paulo Jorge Santos, obteniendo así el rejón de plata.

También fueron galardonados el grupo goyesco de recortadores Taurovisión y los forçados amadores de Coimbra, ambos clasificados en la primera semifinal. Una placa conmemorativa y un cuadro de Gómez Enríquez fueron los trofeos para ambos.

Artísticamente fue una tarde más llena de emociones que de grandes faenas, y hubo más exaltación del ánimo que dominio y pureza en el toreo a caballo. No es el de Cano de lo más ortodoxo, pero en el terreno de saber llegar al público, nada que objetar, lo hace de maravilla.

En su primer novillo, no le tembló el pulso al presidente Santiago Pomares para no concederle la segunda oreja y tenía razón. Se dejó llegar al novillo para intentar sus ya famosos quiebros, pero tanto que topó demasiadas veces con el caballo, y eso denota a menudo que está sobrado de querer agradar, pero algo falto de dominio y sentido de las distancias. Emocionar es importante, pero medir no lo es menos, el caballo hace de engaño y el engaño no se topa. Algún quiebro fue meritorio en banderillas, pero su labor, discontinua.

La apoteosis llegó para Cano en el sexto, un novillo que lo dejó dimensionar su toreo efectivo y muy efectista, pero que desde luego no estaba sobrado como para merecer el pañuelo azul que sacó el presidente. Sus dos quiebros con el rejón de castigo fueron espectaculares, aunque uno no prendió, pero fue en banderillas donde los quiebros en la misma cara del novillo, los violines y piruetas de salida volcaron al repleto graderío en favor de Javier Cano. Espectáculo total y una cabalgada propia de películas del Oeste hicieron que la faena resultara muy entretenida y premiada. El público paga y manda.

Más flojo que en la segunda semifinal estuvo Paulo Jorge Santos, no se sintió en ninguno de sus novillos, y además no tuvo demasiada suerte en su lote. El primero manseó en tablas y salió distraido, pero su decisión en el primer rejón de castigo presagiaba algo más. Clavó en lo alto en banderillas, pero su continuos tirones del novillo para colocarlo en suerte impedían la continuidad. Sin duda, lo más emocionante fue la colocación de una rosa con un caballo valiente y descarado que intentaba morder al novillo. Tres descabellos le impidieron obtener más de una oreja.

Su faena en el cuarto resultó desigual y el novillo ayudó poco. Lo más meritorio fue dejarlo siempre colocado en banderillas, pero el astado se le paraba en el encuentro, lo que hizo que algunas fueran colocadas a caballo pasado. No se dejaba amedrentar por las circunstancias, y su constancia y seriedad hicieron que el público reconociera su esfuerzo.

Pero no terminaban ahí las emociones de la tarde, porque también las pusieron a raudales tanto los forçados como los recortadores. El grupo goyesco de Taurovisión se enfrentó a dos toros serios en segundo y quinto lugar. Una auténtica lección de dominio y destreza en los saltos y recortes dieron en su primero, pero el quinto fue más complicado y las fuerzas estaban ya casi mermadas pese a lo cual intentaron en numerosas ocasiones los saltos múltiples, no siempre salían pero su empeño y esfuerzo fueron muy agradecidos.

Los ya tradicionales forçados no fallaron en el primer y cuarto novillo con pegas firmes y emocionantes. Algo más les costó la reunión en el tercero y sexto, pero al final lo consiguieron ante un público entregado.

Se cierra así la V edición de un certamen de rejoneo que cada día tiene más seguidores, y cuyo éxito tanto de público, organizativo y de novedades constantes, está teniendo una enorme repercusión en el mundo taurino y Chicote está cada día más reconocido.

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