Salud y Bienestar

Campamento terapéutico

  • Estos meses cientos de menores afectados por patologías crónicas comparten vacaciones con otros niños que están en su misma situación.

"Una experiencia única". Con esta contundente frase describe el jefe del Servicio de Alergia de la Fundación Sanitaria Sant Pere Claver los campamentos de verano que esta entidad lleva 25 años organizando en Cataluña para niños asmáticos de entre 8 y 14 años. En un entorno muy alejado de las consultas donde los niños suelen hablar de la enfermedad -siempre bajo la atenta mirada de sus padres-, los pequeños aprenden a tener un mejor autocontrol de su enfermedad y llevar una vida completamente normal a pesar de lo mismo. La entidad catalana no es, ni mucho menos, la única que organiza este tipo de actividades para los más pequeños. Esta misma semana, Málaga acoge el campamento de verano del Proyecto Crece que, organizado por la Federación Nacional Alcer, permite que niños y niñas afectados por enfermedad renal crónica, disfruten de actividades lúdicas y culturales.

La diabetes tipo 1 o infanto-juvenil es una patología que requiere de un control constante por parte de los niños que la sufren, que se convierten en auténticos maestros a la hora de pincharse la insulina o medir sus niveles de azúcar. Por esta razón, nada mejor para estos jóvenes pacientes que compartir experiencia con otros menores afectados por la enfermedad. Además de estar en un entorno seguro, rodeados de profesionales sanitarios que apartan sus batas blancas pero no sus conocimientos, los niños aprenden sobre todo a ser autosuficientes, algo que agradecerán todos los miembros de la familia. Lucas comenta que, en el caso del asma y la alergia, "la actitud de quien la sufre puede influenciar de manera determinante en la evolución". Sin duda, en este tipo de campamentos lo que se busca es más la promoción de la educación sanitaria sin el ambiente de una consulta y lejos de los padres.

Una de las situaciones más dramáticas para un niño y su familia es sufrir una enfermedad oncológica. Se trata de patologías que, aunque actualmente tienen un buen pronóstico, afectan muy negativamente a la calidad de vida, por lo que conocer a otros niños en la misma situación puede ser muy beneficioso para los pacientes más jóvenes. La Federación Española de Padres de Niños con Cáncer es una de las entidades, aunque no la única, que organiza este tipo de actividades.

Una variedad de este campamento la ofrece la Fundación Aladina, que da la oportunidad a más de 120 pacientes oncológicos menores de edad de pasar 10 días en Barretstown, Irlanda. Se trata de un campamento fundado por el actor Paul Newman al que acuden más de 1.200 menores europeos diagnosticados de cáncer. Como explican en la web de la asociación, que gestiona las becas, mediante sus programas de apoyo psicológico y ocio terapéutico permite que recuperen la autoestima, confianza, independencia y hagan nuevas amistades. El objetivo es ayudarles a encontrar la fuerza que necesitan para enfrentarse al difícil camino de su enfermedad y tratamiento, y para animarles a que participen más activamente en su propio proceso de recuperación.

El cáncer infantil, no obstante, dista mucho de afectar solo a quien lo sufre. Las familias son también víctimas de la enfermedad y, por esta razón, la Asociación Española contra el Cáncer lleva algunos años organizando unos campamentos para hermanos de niños con cáncer. En ellos, psicooncólogos enseñan a los niños en un entorno lúdico que no es que hayan dejado de ser importantes en sus familias, sino que una situación excepcional requiere también de su colaboración. En definitiva, los niños más vulnerables tienen derecho de disfrutar de campamentos como cualquier otro y la sociedad les ofrece esta posibilidad.

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