Salud y Bienestar

La Biotecnología busca su perfil como motor de desarrollo sostenible

El sector biotecnológico ya no solo explora nuevas vías para convertir la innovación en una actividad económica. Su desarrollo ha de ser sostenible y ha de contar necesariamente con el tejido social. Esa es una de las ideas que han flotado en el ambiente durante los cuatro días de celebración de Biospain 2014, el encuentro internacional que la Asociación Española de Biotecnología (Asebio) organiza cada dos años y que ha tenido lugar esta semana en Santiago de Compostela.

En esta linea, la reunión ha apostado por el modelo de Innovación en Abierto. "Hemos abierto el congreso a varias sociedades científicas y a través del Foro Stake-holders , por primera vez nos acercamos a sectores no profesionales para que nos cuente sus experiencias, como pacientes, consumidores, agricultores y ecologistas", indica Jorge Barrero, adjunto a la presidencia de Asebio. Desde el punto de vista conceptual, una de las ideas que recoge ese espíritu que intenta asumir el sector es el de la Bioeconomía, un concepto emergente que fue analizado en una de las sesiones del encuentro. Según explica Alfredo Aguilar, presidente del grupo de trabajo de Bioeconomía y miembro del comité ejecutivo de la Federación Europea de Biotecnología, "la bioeconomía busca la utilización racional y sostenible de los recursos biológicos con distintos fines: bioenegeria y bioproductos y sin ningún conflicto con la alimentación humana y animal". Se trata de determinar qué es lo que la ciencia y la tecnología puede ofrecer para favorecer la bioeconomía.

Para Aguilar, la idea es impulsar diálogos para ver cuáles son los problemas, cuales son las expectativas, cuales son las inquietudes que tiene la gente de la calle, en los centros de trabajo o estudios, etc... y plantear objetivos para la implantación de la bioeconomía en la sociedad creando puestos de trabajo y nuevas competencias y con tres componentes. Según Aguilar, la bioeconomía, "ha de ser sostenible, generar actividad económica y que su implantación conlleve una mitigación del impacto del cambio climático". Por su parte Gema Trigueros, coordinadora de Alimentación de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) indica que "la sostenibilidad ha de ser un concepto global y lo que percibimos en muchas ocasiones son acciones parciales a veces encaminadas al marketing; necesitamos consumir, comprar y desechar de otra manera". Tanto Aguilar como Trigueros coinciden en que las soluciones no sirven para todo en todas partes y las soluciones han de ser compartidas. Por ejemplo, la agricultura ecológica puede aprender de soluciones biotecnológicas y viceversa.

Por otro lado, la aplicación de la medicina genómica al tratamiento de enfermedades está cada vez más cerca. Pero hacen falta vencer resistencias e inercias que impiden acelerar su implantación a la práctica clínica; Así lo han resaltado los participantes en el foro sobre medicina personalizada que este jueves ha organizado el Instituto Roche dentro de las actividades de la feria. Manel Esteller, investigador del Instituto catalán de Oncología, animó a perder el miedo de las instituciones a incorporar a los análisis genéticos para el cribado de tratamiento en determinados tipos de cáncer, algo que puede suponer un gasto a corto plazo pero un ahorro significativo a largo plazo.

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