Tecnología

Un sistema vigilante permite seleccionar los mejores embriones

  • Un importante avance recién introducido en España, el sistema Eeva, ayudará a acabar con uno de los mayores 'hándicaps' en la selección de embriones en reproducción asistida.

Cualquier persona que haya pasado por un tratamiento de reproducción asistida sabe cuál es el peor momento. Las entendidas lo llaman la betaespera y es ese periodo de alrededor de diez días que transcurre desde que los médicos implantan uno o dos (el máximo permitido por la Ley es tres, pero es una opción poco utilizada) embriones hasta que se sabe, tras un análisis de sangre, si este ha implantado en el útero y se ha producido el deseado embarazo.

Aunque las tasas de éxito de la fecundación in vitro (FIV) han mejorado enormemente en los últimos años, en determinadas edades apenas superan el 50%, lo que preocupa a profesionales sanitarios y pacientes. Uno de los factores más importantes a la hora de determinar el éxito del procedimiento es, precisamente, seleccionar correctamente los embriones que más posibilidades tienen de convertirse en feto.

Tras la FIV, los embriones resultantes se cultivan entre tres y cinco días en una especie de incubadoras y van siendo observados en el microscopio por los embriólogos de cada unidad de reproducción. Lo hacen basándose en el estudio de su forma, que determina su calidad y, por lo tanto, sus posibilidades de implantación. Pero, como explica el director del Laboratorio de Andrología y Embriología de la Clínica del Pilar de San Sebastián, Josu Franco, dicha valoración "puede ser subjetiva". "Por ello, es importante determinar un algoritmo que permita unificar los criterios de clasificación de embriones en todas las clínicas", añade el experto.

Así, se trataría de contar con datos objetivos que permiten seleccionar los embriones con mayores posibilidades, algo en lo que la reproducción asistida lleva tiempo trabajando, con algunos avances obtenidos en este campo como la llamada tecnología time-lapse que, permite captar fotografías de los embriones a lo largo de su desarrollo para ayudar al especialista a seleccionar mejor.

En este sentido, se acaba de introducir en España una nueva tecnología que mejorará todavía más dicha selección. El Sistema Eeva, comercializado por Merck Serono, permite determinar de forma objetiva, temprana y no invasiva la calidad del embrión, ya que no hay que extraer los mismos de la incubadora.

Como explica el jefe del Servicio de Medicina de la Reproducción de la Fundación Dexeus, Bonaventura Coroleu, se trata de un sistema de filmación, que se puede adaptar a cualquier incubadora estándar, frente a otros procedimientos que implican la adquisición o renovación de equipos completos. "Además de no ser una prueba invasiva, se trata de un buen sistema de seguimiento que permite establecer unos parámetros de calidad embrionaria", añade este especialista, que destaca que es fácilmente incorporable en "cualquier tipo de clínica o centro de reproducción".

Se trata de una especie de cámara, cuyas placas están donde se depositan los embriones que son, de esta forma, fotografiados aproximadamente cada cinco minutos.

Para Coroleu, este método es el complemento perfecto a un avance que prevé próximo, la generalización del diagnóstico genético preimplantacional. La combinación de ambos, opina el experto, mejorará mucho las tasas de éxito de reproducción asistida, una parámetro en el que "aún hay recorrido" para la mejora. El método Eeva lleva tiempo en otros países, en concreto en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. Allí ha sido acogido con entusiasmo en el ámbito de la reproducción asistida, entre profesionales y pacientes.

Según los resultados de un estudio realizado en Reino Unido en el que se preguntaba a los pacientes con qué probabilidad se cambiarían a una clínica de fertilidad que les ofreciera este método si la suya no lo ofreciera señaló que así lo harían dos tercios de los encuestados.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios