Lunes Santo

Cinco motivos para alcanzar la perfección

  • La jornada casi veraniega hizo que todas las cofradías pudieran realizar sin problemas sus salidas en una ciudad que se volcó en el segundo día. El contraste entre barrio y silencio, la característica del día.

Si la Semana Santa es la fiesta de la primavera por excelencia, este año está dando su mejor ejemplo. Con una jornada espléndida en lo meteorológico, incluso a algunas horas con calor excesivo, el día no pudo salir mejor para las cinco cofradías que ayer realizaron su estación de penitencia y llenaron las calles de nazarenos que se abrían paso entre la multitud de personas que se echaron a las calles tanto en los barrios como en la carrera oficial para disfrutar del Lunes Santo.

El calor lo trajo la hermandad del Trabajo y la Luz desde el Zaidín. Este año retrasaba su salida media hora pero eso no impidió que desde horas antes la calle Polinario y toda la Avenida de Dílar del Zaidín se llenara de vecinos para arropar, como ya es tradición y esencia de esta corporación, a la cofradía, a sus hermanos y a sus costaleros. Auténtico delirio es lo que se vive en el barrio cuando sale el misterio del Cristo del Trabajo y el palio de la Virgen de la Luz, que este año lucía un exorno floral a base de orquídeas y rosa blanca mucho más comedido que años anteriores. La hermandad puso en la calle un cortejo amplio que continuó aunque más mermado hasta su regreso al Corpus Christi en una de las salidas penitenciales más largas de la Semana Santa de la ciudad. La advocación de su titular, el Cristo del Trabajo, tuvo más sentido que nunca y hasta el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, pidió en su rezo de la Plaza de las Pasiegas por que no haya "ni trabajos humillantes ni contratos basura" e insistió en que la economía se ponga al servicio del hombre y no al contrario. La hermandad tuvo problemas con la corona de la Virgen, que se desprendió y posteriormente fue colocada pero sin ráfaga.

A las seis de la tarde la atención estaba puesta de forma simultánea en la iglesia de San Pedro y en la de la Magdalena, dos puntos unidos no sólo por la hora sino también con una conexión histórica de sus titulares, la Virgen de los Dolores y el Señor del Rescate. El palio salmón de la Virgen de los Dolores dejó otro año más momentos para el recogimiento y el disfrute como la salida bajo los sones de Encarnación Coronada, la 'petalá' en la misma tribuna de Ganivet o el paso con Amargura por las Pasiegas. Además, fue una salida especial por la celebración del 75 aniversario de la hermandad.

Desde la Magdalena el Señor del Rescate, este año con su túnica de rocalla de terciopelo morado, volvió a recorrer las calles con su elegancia característica sobre calvario de clavel rojo donado por los fieles, que se agolpan tras el paso. Salida que se inició con la marcha La Saeta y que se culminó con un buen trabajo de los costaleros y las tradicionales saetas dedicadas a esta bella imagen, una de las mejores obras de imaginería que procesiona en Granada y en el resto de Andalucía.

Pero este año, si se podía dar algún protagonismo mayor a alguna corporación, ese era para la hermandad del Huerto, que el 30 de mayo celebrará la coronación canónica de la Virgen de la Amargura, un momento para el que lleva años trabajando la hermandad y que ya está a la vuelta de la esquina. Precisamente por ese motivo se estrenó el nuevo palio, diseñado por Juan Díaz Losada y bordado por las madres comendadoras que le da una impronta mucho más elegante. Un palio que deslumbró ayer sirviendo de cobijo a la imagen mariana, que salió por decisión de la hermandad con corona de flores naturales a base de rosas de pitiminí en lugar de su presea de salida a la espera de la mencionada coronación. Una estampa única que dejó una estación de penitencia especial llena de detalles y guiños a su historia y la próxima efemérides.

El silencio llegó desde San Antón con la salida de la cofradía de San Agustín, el protector de Granada, y su ejemplar puesta en la calle tanto en el cortejo como en la presentación y andar de los pasos. Recogimiento que iba anunciando la figura del muñidor y que contrastaba con el bullicio de barrio de las otras corporaciones y que llenó de silencio las calles del centro de la ciudad con una auténtica 'marea negra'. El palio de la Virgen de la Consolación volvió a dar nota de exquisitez, este año también con el estreno de una nueva saya para la Virgen.

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