Semana Santa

Cofradías a más de treinta grados

  • El calor de estos días está causando algunos desmayos, cirios derretidos y récord de agua repartida

 CUATRO de la tarde. El termómetro supera los 30 grados en la ciudad. Pero al sol hace bastante más. El asfalto quema. Cuando se camina unos metros por él, los pies arden. Los primeros tramos de los nazarenos de las hermandades que realizan su salida a primera hora de la tarde avanzan por las calles. No parece haber demasiada prisa pese al calor sofocante que han pasado hasta ahora por ejemplo las cofradías de la Borriquilla, el Trabajo, la Lanzada o los Gitanos. Son las que han abierto cada día y las primeras en enfrentarse al calor sofocante que está azotando la ciudad esta semana. Demasiado para lo habitual.

No hay miedo al calor. Pero se sufre por los nazarenos, monaguillos, camareras, costaleros y músicos. Se ven chorreando de sudor ante la preocupación de padres, familiares y los propios responsables de las cofradías, que se afanan en repetir que se hidraten bien. Pero la ilusión hace que se sobrelleve mejor. 

 

Con todo, todas las alertasestán activas estos días y en el Cecop raro es el día que no se recibe el aviso de varias decenas de lipotimias. También se están superando récord de botellines de agua repartidos entre hermanos. Hasta abanicos bajo los capillos para bajar un poco los grados en las filas.

 

En el público también se nota el calor. La gente se agolpa en las aceras que están a la sombra porque esperar varias horas al sol el paso de las cofradías es casi misión imposible. Como lo es la salida de las corporaciones a pleno sol con las rampas de salida de las iglesias ardiendo. Por eso ayer en los Gitanos cubrieron hasta el momento de la salida la rampa con una tela para evitar que se calentara y salvaguardar así el paso de los nazarenos descalzos y sobre todo de los costaleros, que salen a gatas. 

El asfalto echa fuego estos días a primera hora. La mayoría de los cirios se derriten por debajo. Sólo de apoyarlos acumulan pegotones de cera derretida en la base. Otros se doblan. Si no que lo pregunten a las hermandades que ya han salido cuyos nazarenos veían cómo los cirios se doblaban con el calor de la mano al sujetarlos. 

Factores que hacen que este año la penitencia sea extrema. Cuando se quitan los antifaces aparecen unas caras enrojecidas, sudorosas, que resoplan, en busca de una pizca de un inexistente aire fresco y de una sombra.

 

Y el buen tiempo continuará por lo menos hasta el fin de semana, según las previsiones meteorológicas, aunque podrían bajar unos cuantos grados los termómetros.

Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, para hoy se esperan cielos despejados con temperaturas máximas de 22 grados, algo menos que los 27 de ayer miércoles. La mínima también bajará algunos grados hasta los 7 frente a los 10 de estos días.  Para el viernes seguirá el cielo despejado y los termómetros cederán algunos grados más, hasta los 20 de máxima y 8 de mínima.

 

Ya para el fin de semana podría cambiar el tiempo y aparecer las nubes. De hecho, para el sábado, se espera que la tarde presente algunas nubes, manteniéndose las temperaturas estables. Para el Domingo de Resurrección, incluso, la Aemet anuncia ahora un 70% de probabilidad de lluvia con unas temperaturas similares de 9 de mínima y 20 de máxima. Con todo, y más aún en primavera, todavía puede cambiar el pronóstico y librarse la jornada. De llegar el agua al final de la Semana Santa pasaría como el año pasado, cuando hizo buen tiempo toda la semana menos el último día.

 

Pero, mientras llega o no hay que disfrutar del buen tiempo que está permitiendo que las hermandades se luzcan más que nunca, que la gente llene las calles, que los turistas se cuelen entre el público para las salidas y regresos de las cofradías y que, en definitiva, se viva una Semana Santa para enmarcar. 

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