Semana Santa

La mejor música cofradiera

  • La Semana Santa atraviesa por su mejor etapa tanto en composiciones como en formaciones

SI ahora a un compositor se le ocurriera componer una marcha como Pasan los Campanilleros sería un absoluto fracaso. Veríamos ofensivo aprovechar un antiguo villancico navideño para convertirlo en marcha procesional. Pedimos que los compositores creen obras totalmente nuevas expresamente compuestas para acompañar a nuestros pasos. Exigencias lógicas, por supuesto.

Si a un compositor se le ocurriera componer una marcha como Virgen de las Aguas fracasaría sin lugar a dudas. No admitimos que se copien las mismas estructuras, armonías, diseños rítmicos y acompañamientos del pasado. Como público necesitamos algo distinto, algo realmente nuevo.

Si las capillas musicales, bandas de música, bandas de cornetas y agrupaciones musicales tocaran ahora como lo hacían las formaciones de mediados del siglo XX fracasarían. No nos conformamos con las desafinaciones e imperfecciones interpretativas que se admitían en aquellos tiempos.

Los compositores noveles han de luchar contra su inexperiencia, contra sus carencias y sobretodo contra el peso del pasado. Todos tenemos en la cabeza composiciones como Soleá dame la mano, Amarguras, Reina de la Paz, etcétera. Grave competencia.

Ahora las bandas luchan contra las dificultades técnico-artísticas propias de la interpretación musical soportando al mismo tiempo el peso de la información. Los cofrades tienen más información que nunca producida por una gran cantidad de periodistas especializados. Se pueden oír en internet o en discos compactos grabaciones actuales o de hace 50 años, interpretaciones de bandas aficionadas o de músicos profesionales. Todo lo que se toca en Semana Santa es continuamente grabado por teléfonos móviles, televisiones y radios. Los músicos son examinados segundo a segundo. Hay momentos en que un micrófono o una cámara es capaz de situar al espectador en las entrañas mismas de una banda. Tenemos el público mejor informado de la historia, por eso el nivel de exigencia es el mayor de la historia.

En el lado de quienes fabrican la música cofradiera las cosas también han cambiado mucho. Tenemos muchos más conservatorios que en el pasado y podemos acceder a grabaciones, libros, profesores, partituras, instrumentos, o incluso viajar para estudiar con mucha más facilidad que hace 50 años. Antes había menos bandas y sólo unas cuantas tenían un nivel aceptable, ahora hay muchas formaciones musicales de calidad. Los conservatorios y las escuelas de música, públicas y privadas, han producido una generación de músicos mucho mejor formados. Los instrumentos que se utilizan son mucho mejores. En cualquier banda de música se pueden encontrar estudiantes de últimos años de carrera que realizan sus estudios aquí o en el extranjero. Eso antes era impensable.

Hace 50 años sólo las formaciones profesionales grababan algún disco cada muchos años. Lo hacían en unas condiciones técnicas muy primitivas. Hace poco hemos vivido una explosión que ha permitido que bandas no profesionales grabaran discos todos los años. Aunque el mercado del disco se ha caído, todavía hoy se ponen en circulación más grabaciones que hace 50 años.

En el campo de la nueva creación señalemos que antes se componía una buena marcha cada varios años, ahora cada año se estrenan varias buenas composiciones. En el pasado, el número de compositores de calidad que convivían en una misma etapa histórica era reducido. Ahora siempre hay un número importante de creadores de calidad en activo. Creadores que tienen un nivel competitivo muy grande porque sus obras son comparadas con las de sus coetáneos y con las de genios del pasado.

Hace 50 años no se daba valor a las marchas de compositores del pasado olvidándose mucho del rico patrimonio musical cofradiero. En estos últimos años los músicos se han afanado en recuperar todo aquello que era de calidad. Esto ha producido un hecho novedoso: siempre el repertorio clásico se había ampliado con obras nuevas y ahora por primera vez también se amplía con obras del pasado.

Vivimos en la sociedad mejor formada y más culta de la historia. De igual manera podemos asegurar que disfrutamos de la mejor música cofrade que se ha conocido nunca.

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