Semana Santa

El mejor guión posible

  • Las cofradías de la Redención, Aurora, Estrella, Concepción y Silencio marcaron una jornada multitudinaria

DÍA grande el que vivió ayer Granada con la celebración de un Jueves Santo que quedará para la historia como un día perfecto acorde al mejor guión cofrade que es el diseñado para una Semana Santa única como es la de Granada. Todo funcionó y salió a pedir de boca: desde el tiempo casi veraniego durante la tarde hasta la presencia de las cinco cofradías del día (incluida la del Silencio ya en la madrugada), desde el lleno absoluto que presentaba la ciudad hasta el acompañamiento masivo a las hermandades en los regresos.

El protagonista del día sin duda fue el Albaicín, con la salida de las tres embajadoras del Jueves Santo granadino: Aurora, Estrella y Concha. En este cartel albaicinero ocupa también un espacio por mérito propio la cofradía zaidinera de la Redención. Ya a las doce, se cuela también la cofradía del Cristo de la Misericordia, la del Silencio, que lleva el recogimiento a una jornada en la que las bullas de barrio son las predominantes.

La jornada comenzó precisamente en el otro punto de la ciudad, en el Zaidín, con la salida de la cofradía de la Redención y la Virgen de la Salud desde la iglesia de María Auxiliadora del colegio salesiano. Con un cortejo amplio al que cada vez nos tiene más acostumbrados la corporación, la hermandad salesiana llevó hasta las calles del centro de la ciudad el estilo que con buen paso esa cofradía está imponiendo a sus pasos y a su cortejo en las calles.

Tras el paso de la hermandad zaidinera ya todo fue Albaicín, un barrio que ayer fue más cofrade que ningún otro día del año. Desde San Miguel Bajo salió la marea blanca de la hermandad de Jesús del Perdón y la Virgen de la Aurora Coronada. Miles de personas y un barrio entero no quisieron perderse el paso de esta cofradía por cada una de las calles de su recorrido, en las que no cabía un alfiler para ver los portentosos pasos de esta hermandad, un auténtico ejemplo y referente en la Semana Santa granadina.

Con un cortejo de los más nutridos de toda la semana, unos pasos perfectos, un trabajo costalero impecable y un público desbordante, la estación de penitencia se llevó de calle a miles de granadinos, cofrades y turistas que no quisieron perderse el espectáculo de ver a la hermandad en la calle y el ambiente que se genera en torno a la Virgen de la Aurora Coronada, con sus vítores al son de "Aurora... guapa, guapa y guapa", clima que se vuelve más asombroso incluso durante el regreso de la corporación.

Pero no todo fue Aurora. Desde San Cristóbal realizó su salida la cofradía de la Estrella, más recogida que su 'vecina' la Aurora pero también con un carácter de barrio que se está fomentando desde la nueva junta de gobierno y que llevó a ver una nueva impronta de la hermandad en la calle muy acertada. El paso de Jesús de la Pasión, con una zancada imponente, nueva túnica y corona de espinas y estrenando el dorado de los guardabrisas delanteros, delante del palio de la Virgen de la Estrella, volvieron a demostrar el esfuerzo costalero tanto a la salida de San Cristóbal como en el largo recorrido de esta corporación del Jueves Santo granadino.

La tercera vecina del día en salir fue la Concepción, la popular Concha, con un paso de palio de los más característicos de la Semana Santa con palio de cajón en azul con bordados en color plata, al igual que el manto de la Virgen y el resto de enseres de la hermandad. Esta corporación hace uno de los dos 'milagros' cofrades del día: uno es el paso de las cofradía de la Aurora por los Grifos de San José y otros es el de la hermandad de la Concha por Concepción de Zafra para salir a la Carrera del Darro. En ambos casos, paso milimétrico de los pasos de las corporaciones que requieren de un esfuerzo costalero máximo.

El palio de la Concepción, tras el paso de Jesús del Amor y la Entrega, volvió a encandilar a la ciudad con su olor tan característico que inunda las calles por las que pasa.

Cuando estas cuatro hermandades estaban ya de regreso a sus templos, que en el Albaicín no se produjo hasta la madrugada, hizo su salida el Cristo de la Misericordia, el Silencio, llevando la oscuridad, el recogimiento y el sonido del tambor ronco a todos los rincones del centro de la ciudad. Su paso por la Carrera del Darro y Plaza Nueva volvieron a ser los momentos más significativos de esta corporación, a la que esperan cada año miles de cofrades y turistas en una jornada en la que las cámaras de fotos y los teléfonos móviles no tuvieron descanso para poder captar las instantáneas más granadinas, los pasos de las cofradías del Albaicín por el barrio con la Alhambra de fondo, todo un lujo para los sentidos.

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