Viernes Santo

Luto al finalizar la Pasión

  • Las cinco cofradías del día central de la Semana Santa realizaron su salida.

EL Viernes Santo cumplió su cometido como día central de la Semana Santa granadina. El tiempo acompañó y con una jornada casi veraniega -que dificultó sobre todo en el acto de las tres de la tarde del Campo del Príncipe el poder seguir el mismo- las cofradías pudieron realizar su estación de penitencia en una jornada históricamente muy castigada por la lluvia. Pero este año, como ha pasado durante toda la semana, se pudo hacer de nuevo pleno por sexta jornada consecutiva.

La jornada comenzó en el Campo del Príncipe a las tres de la tarde en ese acto que hace única a la Semana Santa granadina y es el rezo ante el Cristo de los Favores de piedra en la llamada Hora Nona. Miles de personas volvieron a acudir sin convocatoria previa a la cita, presidida por el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, y en la que estuvo también el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, junto a otros concejales del equipo de Gobierno. La Soledad de Santo Domingo llegó hasta el Campo del Príncipe unos minutos antes del rezo. Justo a las tres de la tarde y tras el toque del cornetín se hizo el silencio y con el único acompañamiento del toque de campana de San Cecilio se procedió al tradicional rezo con al petición de tres deseos al Cristo de los Favores.

El calor se hizo insoportable durante el acto obligando a la gente a taparse con paraguas, gorros y a hidratarse continuamente para evitar mareos. Los nazarenos y camareras de la Soledad también lo pasaron mal pero la tradición pudo a cualquier fenómeno meteorológico y Granada se hizo silencio en el Campo del Príncipe.

Durante la tarde el protagonismo fue de las cinco cofradías que durante la tarde realizaron su estación de penitencia. La primera en salir fue la de los Ferroviarios desde San Juan de Letrán en la Avenida de la Constitución, una hermandad que está sometiendo a su cortejo a una renovación y que este año estrenaba en el palio la crestería, que le dio una impronta diferente al resto de pasos de palio de la ciudad.

Tras ella salió la cofradía de los Escolapios, con el imponente crucificado de la Expiración y la bella imagen de la Virgen del Mayor Dolor. La corporación puso en las calles un cortejo amplio que dejó bellas imágenes sobre todo a su regreso con el paso por el puente romano camino de nuevo de la iglesia de San José de Calasanz del colegio escolapio. Impresionante también la primera 'chicotá' del palio nada más salir, que duró desde la propia puerta del templo hasta la Fuente de las Granadas.

El Realejo también tuvo su protagonismo en el Viernes Santo, en este caso con la cofradía de los Favores, una de las más numerosas de la Semana Santa granadina. Si impresiona el paso del Cristo, el palio de la Virgen de la Misericordia alcanza la perfección con una estética y unos bordados y un exorno floral impecables. No obstante, este año la hermandad sí que acumuló retraso en su paso por carrera oficial y por ejemplo en Ganivet se produjo un corte hasta la llegada del Cristo. No es la única ya que este año se han producido retrasos casi todos los días, algo que habrá que ajustar para el año que viene.

Cerraban el día dos cofradías serias siguiendo el distintivo del Viernes Santo: el Santo Entierro, la cofradía oficial con el paso de Cristo muerto en la urna y la Virgen de la Soledad del Calvario detrás; y la Soledad de San Jerónimo, que este año estrenaba el paso para la imagen del Descendimiento, todo un acierto que permite ver mejor a esta talla. La Soledad de San Jerónimo volvió a liberar a un preso.

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